
En la Antigua Grecia idiota era aquel que no quería compromiso alguno con el estado, el individualista que hacía la suya y que el gobierno y su país reviente. Los conceptos a lo largo del tiempo han cambiado. Idiotas son los miles de jóvenes franceses que con el virus dando vuelta organizaron una mega fiesta, sin barbijo ni distanciamiento que los protejan, en dos semanas veremos cuantos muertos se agregan producto de esa fiesta. Idiota es Diego Santilli que fue espiado por Macri y cree en su inocencia. Idiota es Paula Olivetto, la socia de Elisa Carrió, que felicita al ministro de salud porteño porque este justificó la marcha anticuarentena. Idiota es este ministro que se reúne con Larreta, con los demás ministros de salud, con Fernández, pregona la fase uno y después aprueba a los anticuarentena. Idiota es Baby que dejó de ser Echecopar para transformarse en Echecolatz. Idiota es Cornejo que aprobó la expropiación de una empresa en su provincia y está en contra de expropiar Vicentín. Idiota es Majul que mientras se desespera por Cristina un patalana de la justicia se va con su esposa. Idiotas son los periodistas que colocan micrófono sin preguntar. Idiota es la locutora de Telefé que se transforma en el correveidile de los empresarios. Idiota es el pobre que da la vida por el rico. Demasiados idiotas en un país gobernado por un profesor.
La cuarentena cesará, la pandemia será historia pero todo esto sirvió para que se caigan caretas, que se corra el telón y nos haga ver todas las miserias que hay en este país donde derechos y humanos no fuimos ni seremos. La mitad de la población aplaudió el cáncer de Evita, hoy se volvería a repetir la situación con Cristina se actuaría de la misma forma. La mitad de los argentinos reprueben e insultan a todo gobernante que creó derechos o los amplió. Aplauden a los que crearon deuda, a aquellos que hicieron de las vacaciones una forma de hacer política y se embelesan con aquellos que insultan, acusan y demuestran el odio a los pobres y a los marginales.
Con lo cual nos hace pensar que si, que hay más idiotas. Y si hay más y también más perversos, más sicópatas pero atienda no se vaya olvidar que el principal, el único, el mejor idiota es el mamerto, o sea el hijo de Franco.




