Opinión

EL GOLPE

Por Gabriel Princip.

La trayectoria de Eduardo Duhalde indica que fue concejal, intendente por Lomas de Zamora, diputado nacional, gobernador, vicepresidente de Carlos Menem, candidato a presidente con Palito Ortega y presidente sin votos a comienzos de siglo. Su historia nos cuenta que se inició en la democracia cristiana y por esas manos brujas apareció en el partido justicialista. También nos cuenta su pasado que tuvo una buena relación con el poder, en especial con Héctor Magnetto. Hasta acá no se dijo nada nuevo. Quizás a algunos peronistas les caiga simpático porque habla de producción y trabajo, es amable y hasta tiene una hija monja. Lo ayuda en su imagen -la radical que siempre vivió del peronismo-, la señora Chiche Duhalde; y por qué negarlo Clarín fue su diario predilecto y Magnetto su empresario amigo.

Ahora bien, empecemos a hablar claro sobre Duhalde. La democracia cristiana es un partido que inventó la iglesia para combatir a Perón. Aquí empezó el cabezón. En la década del ´70 se encuentra con José López Rega quien lo impulsó en Lomas de Zamora como concejal en la lista que lleva Turner como intendente. Fue el número tres, desalojó al segundo y se puso a tiro de la intendencia. Se produce la llamada “tragedia de Pasco” donde muere el intendente (o es ejecutado) y algunos compañeros más. Siempre se lo sindicó como el entregador del intendente por un favor al brujo. Su vida sigue intacta a pesar de los militares. Vuelve en la década del ´80 y el mundo político lo coloca al lado del narcotráfico, tanto es así, que fue invitado por Mariano Grondona a su programa, y llora en televisión luego de un libro de López Echague, que nunca más se supo de él. Sigue su vida y cuando Menem elige como vice para su campaña a Juan Carlos Rousselot, -otro hombre del brujo-, aparece nuevamente Duhalde y se queda con la candidatura. Menem nunca lo quiso. El poder lo vigilaba con los ojos de Eduardo.

En 1991 es gobernador porque pacta con el riojano. Se aleja, es candidato y gana con la condición de un pago de 600 millones de dólares. Mientras fue vice aprovechó cada interinato como presidente para dejar su sello. Cuando Maradona aparece en la calle Franklin drogado con la policía y los periodistas, fue una operación de Alberto Lestelle por aviso de Duhalde. De ahí el odio de Diego hacia el cabezón. Cuando en febrero de 1991 se realiza una operación política para desalojar a Menem del poder, otra vez Duhalde dijo presente. El caso Cabezas siempre quedó en la nebulosa. Y el golpe blando contra Fernando De la Rúa no quedó ninguna duda. Seis meses antes de que el radical se fuera en helicóptero se pactó entre Alfonsín y Duhalde que el que sacara más votos en las elecciones de ese año reemplazaría a De la Rúa. Los saqueos de ese año fueron organizados por estos dos, más Barrionuevo, el intendente de Moreno y Carlos Ruckauf gobernador. Pasaron cuatro presidentes hasta que el puntano Adolfo Rodríguez Saá fue elegido. No quiso devaluar, Clarín se comunicó con el cabezón y el puntano fue historia. Otro golpe en su lista democrática. Finalmente fue presidente -sin votos-, le dio el gusto a Magnetto con una devaluación asimétrica que hizo de los 4.400 millones de dólares del pasivo del grupo se convirtieran en pesos y por supuesto que los que depositaron dólares recibirán dólares, una ironía. Con Reuteman y De la Sota no pudo, eligió a Néstor que no obedeció sus órdenes y siempre lo combatió. El logro mayor para el poder en nombre de Duhalde en la época k, fue hacer detener a Boudou ¿o quien se cree que inventó la operación del fraude de Amado?

Siempre en las antípodas del peronismo, pero diciendo ser peronista actúa este cálido y lucido hombre, como dice el sospechoso Leandro Santoro. Como se observa en el relato, está esperando el peronismo que Duhalde haga algo por el pueblo. Nunca lo hizo en su carrera. Se sumó al macrismo por pedido de Héctor y hoy ante la primera medida en contra del grupo reaparece el chapulín colorado de los gorilas. No habrá golpe como anuncia el cálido Duhalde pero si un desgaste de los Fernández que si no hay una respuesta política pronta otra vez sopa, o sea Magnetto ganará nuevamente en nombre de la república perdida. ¿No le parece?

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