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El fixture de la grieta

Por Gabriel Princip

Que la década infame, que el 55´, que Cavallo, que los conserva , que Mitre, ya no sabemos cuando comenzó la grieta pero si podemos dar un organigrama, una agenda o un fixture desde cuando se vino abajo un país que en los tiempos de Perón tenía cero de deuda externa y prestaba plata a España, Italia y Francia.

Según un trabajo de los profesores Castro y Mitelman en el 1955, el enemigo es el pueblo peronista y la pequeña clase media que vio en el justicialismo una vía alternativa de ascenso social.

En 1966, el enemigo es la intelectualidad progresista y la alianza de la pequeña burguesía con los sectores obreros. Los sectores que apoyan al golpismo serán la aristocracia gremial y el capital concentrado que busca la primera modernización financiera del país.

En 1975, intento del gobierno peronista de pactar con el orden financiero internacional. El rodrigazo será el primer ajuste estructural violento que comenzará la degradación del sistema político y económico de la Argentina

En 1976, el enemigo es la juventud militante, la intelectualidad y los cuadros sindicales de base. Se busca una segunda modernización financiera del país. Dado que el objetivo es regresivo (desmantelamiento industrial, cultural y tecnológico) se implementa un plan económico que genera en los sectores medios una falsa sensación de bienestar, dólar barato, especulativo, desmantela a la Argentina productiva. Como consecuencia del plan neoliberal, el país incrementa su deuda externa de nueve a 46 mil millones verdes en 1983.

En 1989, golpe económico surgimiento de la hiperinflación como factor intimidante para la sociedad. El enemigo es el radicalismo progresista que resiste la aplicación del modelo neoliberal, más allá de las políticas de ajuste efectuadas por el alfonsinismo en 1985 con el plan austral y 1988 con el plan primavera.

En 1991, golpe al estado económico interno, segunda hiper. La puja entre sectores agro financieros de origen nacional que logran el manejo del gobierno y los sectores transnacionales del gran capital genera una brutal corrida en los precios. Se provoca un deliberado pánico social. Finalmente, la tensión se resuelve mediante un modelo de moneda convertible que permite a los dos altos sectores en guerra lograr un acuerdo, el capital concentrado de origen nacional pueden enviar libremente las ganancias al exterior con el apoyo de una cuasi moneda 1 peso un dólar y los sectores del gran capital financiero pueden manejar la economía merced a instituciones de ajuste como el FMI y el Banco Mundial.

1991-2001, las empresas públicas son rematadas y se elabora una política de ajuste permanente con la convivencia de un sindicalismo peronista atrofiado. Como resumen, se puede decir que las jubilaciones no aumentaron en una década y sufrieron una baja del 13 por ciento con Patricia Bullrich.

Los salarios docentes caen por debajo de la línea de pobreza.

La economía queda atada a los mercados y entra en recesión a partir de 1998. Se toman créditos para mantener el modelo financiero, lo cual multiplica la deuda externa cuatro veces por lo que el monto llega a 164 mil millones de dólares.

El colapso del sistema económico a causa de la importación barata hace trepar la desocupación al 25 por ciento. La pobreza llega al 51 por ciento.

Los niveles de desnutrición infantil llegan a ser alarmantes.

2008, lockout patronal de los sectores agrarios que se niegan al pago de retenciones. Paradójico apoyo de la clase media urbana a la política de los sectores concentrados del capital agro-financiero. Furiosa campaña de desestabilización mediática contra el gobierno constitucional de Cristina Fernández.

2011, drenaje de divisas al exterior para forzar una política recesiva y devaluatoria luego del segundo triunfo de Cristina. Se busca la caída de las reservas para debilitar la política económica de la gestión que reasume el timón del estado.

2014, ataque de los fondos buitres especulativos que no quisieron entrar en el canje de deuda del 2005.Se busca arrinconar al país para generar un nuevo aumento de su deuda externa.

Al margen de esta guerra de la elite financiera y oligárquica la derrota más notable del campo popular fue la cultural. La sociedad, atomizada, se dejó llevar por la orgia macabra de las políticas financieras importadas de Chicago. Esto generó una crisis de desconfianza hacia lo público y cierta mirada despectiva hacia la otredad filosófica que anida en los movimientos nacionales como el yrigoyenismo y el primer peronismo.

Las minorías  dispusieron de este fixture. Empezó en lo concreto en 1955 a un año de la creación de la primer corporación supranacional y un año antes de la llegada a la Argentina por primera vez del FMI. Detalles de un proceso de desorganización nacional.

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