Desde que el proceso militar destrozó la Argentina de los 70, 80 y demás el arma defensiva de los promilitares fue olvidarse de Videla y Compañía e instalar la idea de un ejército sanmartiniano.
La idea no es mala. Por ahora, en la Argentina, no habría queja alguna pero si una sospecha generalizada habida cuenta lo que ocurre en el continente. Por las dudas el presidente electo y Agustín Rossi revisan a los uniformados.
Cuando hablamos de los militares en la Argentina debemos recordar que el último papel honroso fue en la Vuelta de Obligado, después solo miseria y entrega. No vale la pena recordar a los uniformados de la guerra de la Triple infamia que colaborando con el imperio destrozaron al Paraguay. Ni hablar de algunos milicos de la Semana Trágica, la Patagonia rebelde, libertadora, azules, colorados, procesistas y aquellos de Malvinas. Sobre todo los de Malvinas, en referencia a los que mandan, donde existen más de 150 denuncias por torturas a soldados nuestros. Que podemos decir de esos tenientes, capitanes, que no alimentaban a sus soldados o castigaban a los suyos por ser judíos o casi negros.
Estos últimos quedan en el recuerdo y no parecen sanmartinianos. Hoy en la región actúan, como siempre, del brazo de la oligarquía. O todavía usted tiene alguna duda de la función de un milico, marinero o policía. Todavía no entendió que la milicada trabaja para la oligarquía y la policía no es servicio a la comunidad sino sirve al que mejor paga.
Debe entender que el mensaje que se emite no parte del trockismo sino de la realidad. En Ecuador la policía quiso voltear a Correa, en Bolivia hicieron trizas la democracia entre policía y ejército, en Chile se entretienen los carabineros dejando ciego al pueblo. Esos son los uniformados de hoy en el continente.
El peronismo asumirá el 10 de diciembre. A partir de allí la derecha reclutará y financiará algunos uniformados. El rol político estará a cargo de esos dirigentes cercanos a los servicios de inteligencia extranjeros y en conjunto tratarán de echar por tierra otra democracia. La excusa será que Cristina grita, que Alberto es amigo de Lula o que hay muchas mujeres en el gabinete. Vaca muerta, el agua y el litio son los recursos que el imperio necesita. Ya tiene Bolivia, Chile, Brasil, Ecuador, vienen por nosotros.
Entonces si estamos avisados la solución también la tenemos nosotros. Preservar la unidad política y sindical y no entrar en el juego de los Grabois, los Massa, los amarillos y Clarín. Si nos aislamos del discurso golpista Trump deberá esperar. ¿No le parece?
