Opinión

EL DIARIO DE LA DOCENA

Por Carlos Galli.

El pasquín PÁGINA 12, el día 16 del corriente mes, cuarenta y cinco años después, en su tapa y en las páginas dos y tres, remueve dolor, lágrimas, angustia de un pasado que los que lo padecimos queremos olvidar. SU TITULO: “ASTIZ NO FUE EL ÚNICO”, y la foto del genocida, y una figura sin rostro de una mujer, a la que por entonces apodaban Isabelita.

El diario de la docena, tras una «investigación seria», este personaje era infiltrada en las Madres de Plaza de Mayo, con el argumento que su hermano era un desaparecido.

Puede ser que el pasquín «oficialista», a veces albertista, a veces cristinista, y a veces progresista, y otras veces peronista, haya realizado una investigación seria, pero en lo personal, me hace doler el alma, y también ese recuerdo me hizo caer pesadas lágrimas sobre mi rostro, y la verdad, no pude ni quise detenerlas.

Me queda muy claro, que este diario que vive de la pauta oficial, le importa un ápice el dolor de muchos y mi llanto de bronca, porque en mi memoria están aquellos años de plomo, del cual Víctor Santamaria, que por aquel tiempo no tenía más de 15 o 16 años, no le pasó ni cerca.

Pregunto: ¿Era necesario remover tanta mierda? ¿Cuántos pasquines más vendió el martes 16 de agosto? ¿Cinco, diez o tal vez quince? ¿O vendió lo mismo que siempre, o tal vez menos? Son solo preguntas que me hago.

Periodísticamente, pudo haber sido un verdadero éxito, pero creo que 45 años después, revolver mierda es un despropósito y una canallada.

Obviamente que usted Sr. Santamaría, no fue torturado ni flagelado. Tampoco estuvo en un centro clandestino de torturas, y posiblemente no haya visto a compañeros y compañeras que murieron, y regaron con su sangre el suelo de la Patria, para que usted disfrute de vivir en un Estado de Derecho y en democracia. Mis dos últimas preguntas, una reiterativa.

¿Era necesario remover tanta mierda cuarenta y cinco años después?

La otra. ¿Con quién quiso quedar bien?

POSDATA:

No recibo ningún sobre de la oposición. Tampoco del oficialismo. Para mí son las dos caras de una misma moneda.

No trabajo ni vivo de mi profesión de Comunicador Social.

Trabajo en una importadora, y COMUNAS es el único medio para el cual escribo.

¿Saben por qué? Porque dicen que soy un jodido.

Me jubilé hace cinco años. Laburé muchos años en Editorial Perfil, y muchos otros en una mandataria de TIEMPO ARGENTINO, hasta su cierre.

Yo SI, soy un periodista independiente.

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