Sociedad

El Che Guevara, revolucionario y ¿científico?

Difunden detalles de su estadía en el Museo Argentino de Ciencias Naturales

Pocos saben que antes de convertirse en un ícono de la revolución cubana, Ernesto «Che» Guevara colaboró en este importante museo de Buenos Aires, más precisamente en el estudio del sistema nervioso de peces. El arqueólogo y paleontólogo Federico Agnolin revela detalles inéditos de esta faceta del Che, basada en relatos orales y objetos que aún se conservan en la institución. 

En 1947, Ernesto Guevara no era todavía el «Che». Faltaban todavía algunos años para la Revolución Cubana y para que se hiciera conocido por su rol en los movimientos guerrilleros de América Latina. A sus 19 años, mientras la política comenzaba a atraer su atención, otros intereses igualmente fuertes lo guiaban: la ciencia, la biología y la medicina. Por un breve, pero significativo período, el joven Guevara dedicó su tiempo al estudio del sistema nervioso de peces en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN), un hecho casi desconocido en su biografía.

«Durante todo 1947, Ernesto trabajó en el laboratorio de histología, donde realizaba cortes de peces para estudiar el sistema nervioso», relata a la Agencia CTyS-UNLaM Federico Agnolín, paleontólogo del MACN, quien ha formado parte de un equipo que investigó esta etapa poco conocida.

Según Agnolín, la participación de Guevara en el museo fue facilitada por su tía, Carmen de la Serna, quien era docente de la Facultad de Medicina y mantenía vínculos profesionales con el doctor Jorge de Carlo, jefe de la sección de Histología del museo. Además, su compañera de estudios, Berta Gilda Infante, fue clave en esta aventura científica, compartiendo con él largas jornadas de este voluntariado en las que ambos diseccionaban y preparaban muestras bajo la supervisión de un profesor alemán.

Este hallazgo no sólo añade un valor simbólico a su paso por el MACN, sino que también le otorga una relevancia histórica significativa. «Es un testimonio vivo de una faceta poco conocida del Che, un hombre que, antes de empuñar las armas, manipuló delicadamente un instrumento de ciencia para entender mejor la naturaleza», reflexiona Agnolín.

Fuente: (Agencia CTyS-UNLaM) 

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