OpiniónOpinión

Eficiencia vs. derechos laborales adquiridos-Por Garcilazo

Muchas veces nos quejamos de lo mal que nos atienden en las oficinas públicas, no todos los empleados son iguales, pero debemos reconocer que el trato y el servicio no es el mejor.

Tomemos por ejemplo el Banco Nación: Personajes de gris, formales, distantes, siempre tienen un pero dispuesto para que volvamos otro día a empezar o finalizar un trámite. Esa lentitud y desidia, mal que nos pese, la termina pagando el gobierno de turno, hoy por hoy el kirchnerismo, que de pronto saca resoluciones de apoyo a créditos diversos y cuando uno llega al mostrador todo se hace imposible. Ocurre que esos empleados gozan de la estabilidad de un empleo público y vienen trabajando allí desde hace muchos años, por lo tanto toda nueva circular no solo es más trabajo, sino un mayor esfuerzo de comprensión e implementación.

Así entendido no cabe duda que si el Poder Ejecutivo es pujante y creativo, se enfrenta con un enemigo que lo tiene enquistado en sus propias entrañas, muy difícil de erradicar porque la confabulación corporativa se gesta cerradamente, incluso en algunos casos a nivel gerencial. Es así que el ciudadano imbuido de fe en la nueva normativa que le puede abrir las puertas al crecimiento, se enfrenta con alguien que le pone obstáculos y allí se produce el choque: Por una parte el interesado que cree en el proyecto que viene del ejecutivo y por la otra el empleado burgués que no cree en nada y piensa que todo debe seguir igual. Pienso en otros países donde los bancos, no solo tienen la foto del presidente de la nación al lado de la bandera, sino empleados dispuestos a darlo todo para que el negocio prospere.

Si en la Argentina alguien propiciara un cambio en este aspecto, sumamente beneficioso para los clientes, no faltarían las voces que se alzarían contra lo que denominarían “el avasallamiento de los derechos del trabajador” o “la imposición de la militancia en las relaciones laborales”.

Da para mucho más, pero si me siento orgullosamente argentino y voy al banco de mi país a concretar un beneficio decretado, no es justo que choque con la indiferencia o la desaprobación de quien debe estar para servirme, no solo a mí sino a la comunidad toda. Creo que no hay derecho que nos roben la ilusión en aras de defender una conquista laboral o un convenio colectivo.

GARCILAZO

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba