Dólar desbocado, góndolas en llamas.

Tras el salto del dólar, la inflación de julio se aceleró y volvió a rozar el 2%, pero economistas advierten que el impacto pleno del tipo de cambio recién se trasladará a precios en agosto, con fuertes remarcaciones previstas en alimentos, transporte, servicios y autos que oscilan entre el 4 y el 9%.
La corrida del dólar se acerca a las góndolas. Economistas y referentes de distintos rubros de la economía coinciden en que el pass through comenzó a verse en diversos rubros de la economía, tanto en productos de consumo masivo como bienes durables. Del aceite a los autos: las listas de precios ya sienten el impacto de la modificación en el tipo de cambio.
Si, como indican las consultoras, la inflación de julio fue de aproximadamente un 1,9% sin traslado a precios de la suba del tipo de cambio, lo que cabe esperar es que el IPC de agosto vuelva a estar por encima del 2% y que sea el tercer mes consecutivo en el que se acelera.
Lo que ocurrió es que la disparada del dólar de esta última semana fue del 5% (el oficial arrancó en 1.300 pesos y llegó a tocar hoy los 1.380 pesos). O sea, aumentó en cuatro días hábiles lo mismo que había subido en todo el resto del mes, lo que terminó por desencadenar las remarcaciones de precios, muchas a partir del nuevo mes que inicia este viernes.
Uno de los rubros que anticipa el traslado a precios es el alimenticio. Fuentes del mercado precisaron a El Destape que la carne subió en todo julio un 5%, aproximadamente el doble que el promedio del sector. También señalaron que el trigo y el maíz aumentaron cerca de un 10%.
Aun más, es posible que en agosto la inflación de los alimentos se vea presionada por otro factor: la baja de las retenciones de un 20% anunciada por Milei el sábado con vigencia desde este viernes 1º de agosto. El peligro, como siempre, es que productores, cerealeras y frigoríficos quieran trasladar a los precios internos la mayor rentabilidad que comenzarán a tener a partir de ahora en su precio de exportación.
En el mismo sentido, el pass through afectará directamente al consumo masivo. El dueño de uno de los autoservicios mayoristas más importantes del país advirtió a El Destape que el aumento del tipo de cambio, sobre todo el de esta semana, se va a ir a precios en alimentos e insumos básicos como el aceite y la harina, dos productos con típico efecto multiplicador en el sector. En paralelo, fuentes cercanas a las grandes cadenas de supermercados anticiparon que comenzarán a aplicarse subas de entre un 4% y un 9% en las listas.
Por otra parte, los trascendidos indican que las automotrices subirán los precios de sus modelos, muchos con fuerte componente de insumos importados, hasta un 9% desde agosto. Incluso, señalan que el incremento de precios iba a ser cercano a la mitad, pero que terminó por duplicarse debido a la suba del dólar de esta semana.
Por lo pronto, El Destape pudo comprobar que, en agosto, Ford aumentará los precios de sus modelos entre un 1% y un 4%, con un promedio de casi el 3%. Un hecho en el que pesó el relativo congelamiento frente a la suba del dólar post salida del cepo, pero que nuevamente tuvo como desencadenante el fuerte incremento del tipo de cambio en julio y, especialmente, en esta última semana.
La inflación presentó una nueva suba en julio para acercarse otra vez a los 2 puntos. Lo más preocupante es que recién en esta semana, en la que el dólar se disparó un 5%, comenzó a plantearse realmente el traslado a precios de la suba del tipo de cambio en el mes. Un panorama que, a priori, deja al IPC de julio como un piso previo a una mayor aceleración en agosto.
En el bimestre pasado, el gobierno de Javier Milei había salido a festejar la perforación del piso de 2% en la inflación, gracias a la sucesión de un IPC de un 1,5% en mayo y uno apenas más alto, de un 1,6%, en junio.
Pero esta racha parece haberse cortado. Las consultoras anticipan que la suba de precios de julio fue de casi 2 puntos. LCG pronostica un 1,8% y Analytica y C&T un 1,9%.
Como los principales factores de esta suba, citan a aumentos en el rubro de esparcimiento y gastronomía, con sus típicos aumentos estacionales asociados a las vacaciones de invierno.
También a una aceleración de los regulados, debido a que las tarifas de luz y gas del AMBA mantienen su suba indexada en el marco de la Revisión Quinquenal Tarifaria, a lo que se suma el incremento en el subte y en los colectivos (en CABA y PBA subieron 3,5% y los dependientes de Nación en el AMBA aumentaron un 6,1%).
Además hubo incrementos de precios importantes en alimentos y bebidas (del 2,3% para C&T), en la categoría mantenimiento del hogar y en los artículos de limpieza.
¿Se trasladó a la inflación la suba del dólar de julio?
Sin embargo, las consultoras apuntan a que la inflación núcleo (que excluye tanto los precios regulados como los estacionales) estuvo por debajo del promedio. Para C&T, aumentó solo un 1,4%, cifra que, de confirmarse por parte del Indec, sería la más baja para esta categoría en cinco años.
Se trata de un indicador de que en julio no habría habido un importante traslado de la suba del dólar a precios (o pass through), pese a que la divisa estadounidense aumentó un 10% durante el mes.
MÁS INFO
Los economistas apuntan a que esto se debió a la baja nominalidad de la inflación, pero también al atraso del salario real, que no deja margen a subir precios sin perder rentabilidad, y al modelo de apertura comercial de Milei, que elimina el factor del aumento de los insumos importados.
«En un escenario más volátil, con subas y bajas, la respuesta de ajuste de precios no es tan lineal como antes. Además, es posible que con la actividad que no despega con fuerza y con la mayor apertura de importaciones que disciplina precios, el segmento minorista siga apostando a una baja de márgenes (en la medida de lo posible), lo que actúa como contrapeso achicando (o demorando) el usual pass through de una eventual depreciación del peso a precios», lo describió Melisa Sala, economista de LCG, a El Destape.
FUENTE. EL DESTAPE