La Sala “F” de la Cámara Nacional en lo Civil determinó que las deudas en dólares deben pagarse en esa moneda, o sea que el deudor no se libera cancelando en pesos al cambio oficial.
Ahora bien ¿quién firma un compromiso a futuro en dólares en nuestro país? Sin duda una persona necesitada, un apremiado, alguien que no tiene otra alternativa ¿el lector lo haría si pudiera convenir en pesos argentinos? seguramente no.
Así concluimos que en ese contrato hay una preponderancia de una parte (el acreedor) sobre la otra (el deudor), porque se sabe que la divisa norteamericana, de momento y por históricas razones, rige la marcha de la economía mundial y como tal debe ser estable frente a monedas menores. ¿Qué significa pagar en dólares cuando la venta está restringida? ¿Es una obligación de cumplimiento imposible?
Para la Cámara no, porque se puede cancelar al valor del denominado contado con liquidación, o sea la forma especulativa que tienen los grandes capitales que compran bonos en la argentina y los venden en otras plazas a un precio sensiblemente superior. Con esto concluimos que nuestros tribunales someten a los oprimidos a la voluntad usurera de los poderosos, tornando su deuda incierta y en muchos casos impagable.
Es importante saber quiénes firmaron este fallo: 1) Eduardo Antonio ZANONNI; 2) José Luis GALMARINI; 3) Fernando POSSE SAGUIER; 4) Sebastián Francisco FONT y 5) Ricardo Darío AGUGLIARO. No es necesario leer los argumentos de esta sentencia injusta e impiadosa, seguro se hablará de la libre voluntad de las partes, que los pactos son para cumplirse y la natural previsión que debe tomarse al momento de asumir un compromiso. Aplausos. Me gustaría ver a estos jueces, sus hijos e incluso sus nietos, en trances de bancarrota, asumiendo una deuda contraída en estos términos y por cualquier motivo. Tal vez en este mundo mantengan sus fortunas y nunca sepan qué se siente en determinadas circunstancias, pero si la taba se da vuelta y tienen que hociquear, ellos o los hijos que de sus hijos vengan, seguramente recuerden este fallo, pero ya será demasiado tarde para todo.
GARCILAZO