DEPORTE. PERIODISMO Y FARÁNDULA POLÍTICA.

Por Garcilazo.
La Argentina debe ser el país más politizado de toda AMÉRICA, en Europa se destacan España, Italia y Francia, en ese orden de convulsión, lo grave es que bajó sensiblemente el nivel intelectual de políticos y analistas con un común denominador: Todos se derechizaron y como las derechas no tienen propuestas superadoras, buscan y encuentran comunicadores con muy poca profundidad de campo, sin mayor capacidad de memoria y escasos por no decir nulos conocimientos, de allí que proliferan en todos los ámbitos tanto deportistas como periodistas deportivos y gente de la farándula.
La Argentina contó históricamente no solo con muy buenos políticos sino también con excelentes analistas, no excluyo aquí al ala conservadora, que si bien tuvo siempre un discurso antipopular, sus argumentos eran sólidos, bien expresados y hasta coherentes, no viene al caso nombrarlos. Hoy todo cambió y cualquier cacatúa que tiene un espacio radial o televisivo por ejemplo para analizar un evento deportivo, a fuerza de decir y repetir sandeces en muchos casos estridentes, en poco tiempo sus improperios se multiplican por las redes, transformando al dicente en un referente y en muchos casos los miden para ocupar cargos públicos, algunos lo logran y se transforman en un estruendoso fracaso, tampoco viene al caso hacer menciones.
Ver en la televisión con muy buena audiencia a estos personajes, lanzándose a hablar de economía, historia o política, con una ignorancia supina oculta detrás de frases y modismos actuales, dan ganas de abandonar todo y pensar como decía Groucho MARX: «Yo encuentro la televisión bastante educativa, cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro”
Entre otras cualidades podemos decir que la política es el arte de ocupar espacios, todo lo que abandonamos o dejamos de lado lo habita o lo toma otro, en la calle, en el transporte público, en un estadio de fútbol, en las mentes de las personas, si queremos ser y hacer conocer nuestras ideas debemos estar presentes, es imposible conquistar a una persona o a un grupo de ellas sin nuestra presencialidad en el lugar y el tiempo determinado, de allí que más que quejarnos por quien o quienes están debemos culparnos por nuestra ausencia en el escenario donde se discuten hechos y actos con consecuencias políticas.
La banalidad, que no tiene límites, siempre se va a imponer sobre la trascendencia que solo es reservada a los inteligentes, pero aún así se debe dar la batalla. Los países son grandes no sólo por sus riquezas o el nivel de su producto bruto, sino por la capacidad y el respeto de sus ciudadanos. A veces escuchamos decir «esto en un país serio no ocurre» y más allá que se utilice esta expresión para bajarle el precio a La Argentina, es de aceptar que las manifestaciones de ciertos políticos y muchísimos comunicadores y analistas provenientes del mundo deportivo y frívolos espectáculos televisivos, en Estados con eficientes límites en la libertad de expresión, que impidan la agresión y la divulgación de noticias tendenciosas, esos espacios serian clausurados y sus mentores procesados por el delito de injuria o discriminación, sin olvidarnos de figuras penales más graves como la extorsión, la incitación a la violencia y la sedición.




