DEMASIADOS FERNÁNDEZ

Por Carlos Galli.

Alberto, Cristina y Aníbal.

Son muchos, como en una vieja y amarillenta guía telefónica.

Un presidente al que le tomaron el gabinete. Y se lo hizo la vicepresidenta, la secta camporista y su jefe Mínimo, perdón, Máximo Kirchner.

Un Jefe de Estado que está solo y espera algún milagro, que posiblemente no ocurra. Está políticamente como aquel rey que no sabía que estaba desnudo. Y el pueblo lo veía como DIOS lo trajo al mundo, pero como sus secuaces decían que tenía el mejor traje entonces el pueblo lo aceptaba. Es solo una moraleja, pero como tal enseña.

La vice cree o supone que es infalible y que tiene la verdad absoluta y revelada. Dijo hace unos días, que ella se siente una groncha peronista. Doctora, primero siento que es cuasi racista su desafortunada palabra. Muchas gronchas, como USTED expresó, murieron para que la patria viva. Eran compañeras del pueblo peronista, de una doctrina que usted desconoce. No es ni «groncha», ni peronista. Las «gronchas» no usaban Rolex de oro, ni carteras Louis Vuitton y tampoco vivían en Recoleta.

Sobre llovido, mojado. Otro Fernández más en el gobierno. Asume el Dr. Aníbal Fernández el Ministerio de Seguridad. ¿El de seguridad? Si estimado lector. Claro, ocurre que, en las sombras todos los gatos son pardos. Muchos compañeros lo elogian y se rasgan las vestiduras creyendo que Aníbal Fernández es Esteban Righi. No le llega ni a los talones.

Es un Fernández más. Un Fernández que no le pudo ganar la gobernación a María E. Vidal. ¿Y ahora nos va a brindar seguridad? No nos jodan. El mariscal de la derrota en el 2015 en la Provincia de Buenos Aires.

Lo premian con un Ministerio. Es el mismo que dijo que en Alemania hay más pobres que en Argentina. Bla bla bla.

Hoy, lunes 20 de septiembre a las 16 horas asume su cargo, un regalo de la Vicepresidente de la Nación.

Pensar que miles de compañeros y compañeras derramamos nuestra sangre en los ‘70 para que ahora tengamos que ver que un funcionario que jamás puso el pecho por las causas del pueblo, el único heredero del General Perón.

Puede ocurrir que mi razonamiento este en decadencia, porque no puedo entender hasta cuando me tomaran por idiota.

DEMASIADOS FERNANDEZ.

Dicho con respeto y con mucha bronca.

Todos tenemos un límite. El mío es Aníbal Fernández. Es el mismo que cuando perdí a un gran amigo, que lo asesinaron para robarle un celular, dijo que la inseguridad era una sensación. Siempre recordaré a ese enorme amigo. Como nunca olvidaré la frase del hoy Ministro de Seguridad de la Nación.

Ese amigo ya hace años que no está en el café, o jugando al truco. Lo asesinaron. Aunque la inseguridad era solamente una «sensación».

Pido disculpas, pero ocurre que muchas veces el corazón tiene razones que la razón no entiende.