Estamos viviendo un tiempo de espanto, fundamentalmente desde que se conoció la composición del gabinete ministerial del nuevo gobierno. Creo que ni los más recalcitrantes opositores al kirchnerismo se imaginaban esto, para colmo de males se instaló una confusión de términos y frases, que para algunos desprevenidos y no son pocos, pasan inadvertidas.
En su primer mensaje frente al Congreso MACRI convocó a la unidad de todo el pueblo y no hizo ningún reconocimiento a la gestión anterior que, aún mediando errores, hubo varios aciertos; por su parte la nueva gobernadora María Eugenia VIDAL, después de sacarse la foto cordial con SCIOLI para los medios, en su discurso inicial dijo que se encontró “con una provincia quebrada”. Se habló de combatir la corrupción y prácticamente todo el gabinete, incluso el mismísimo presidente, tiene causas penales pendientes. Se convocó a respetar la democracia, como si viniéramos de una dictadura, a la par que se le pidió la renuncia a la Fiscal General, algo así como pretender apartar a un Juez de la Corte. Se comprometió a escuchar todas las voces y por decreto de necesidad y urgencia se creó el Ministerio de Comunicaciones, cuyo titular ya dijo que va a dejar de lado la Ley de Medios. Se prometió urbanizar las villas sin mencionar las que ya existen en Buenos Aires olvidadas por completo durante su gestión. En la galería de los presidentes de la página web de la Casa de Gobierno se volvió a incluir a VIDELA. Podríamos seguir.
Son tantos los hechos negativos en tan poco tiempo, aunque todavía no se hayan tomado medidas efectivas de política nacional, internacional y económicas, que explicadas desde el ahora oficialismo pueden llevar a la sociedad a un estado de locura generalizada y de ruptura comunicacional. Buena parte de la sociedad entiende este error en los conceptos y las definiciones, pero hay muchos otros que ya no se los puede llamar crédulos o solamente ingenuos, que no quieren ver esta realidad y caminan hacia un abismo si advertir el peligro; por supuesto los sectores beneficiados con esta política macabra sonríen con un dejo de sarcasmo.
Este gobierno va a durar el tiempo que dure la capacidad de resistencia de los más perjudicados y cuando salga a las calles no va a pedir “que se vayan todos” como en el 2001, porque en ese año teníamos un pasado tétrico y no había ningún líder en el horizonte, en cambio hoy venimos de doce años y medio de crecimiento, estabilidad y paz social, a la vez que hay una líder que se fue con todos los aplausos. La lucha se va a producir en todas las plazas, las calles y hasta en los pasillos de los consorcios, se van a multiplicar geométricamente los muertos y no va a haber forma de contenerlos. Va a haber mucha represión por supuesto, pero van a caer periodistas y muchos políticos cómplices, tal vez éstos sean los primeros.
GARCILAZO
