DANIEL BRIÓN: “A 66 años de los crímenes, prefiero un acto para el corazón”

Por Gabriel Russo.
Desde su condición de hijo de Mario Brión, uno de los compañeros asesinados por la dictadura militar en los basurales de José León Suárez, y como historiador escritor ensayista y columnista Daniel Brión rememora los acontecimientos trágicos en los que se produjo el asesinato de 32 compañeros durante en esas jornadas hace 66 años. Del mismo modo, lamenta que los actos de recordación hayan ido perdiendo el sentimiento que merecen los caídos y envió un mensaje a la militancia de que «ellos no murieron, viven en el recuerdo emocionado de todos los militantes y una patria agradecida.
Estamos en una semana del 9 al 12 de junio, de recuerdo para todos especialmente para vos como hijo de Mario, asesinado en los basurales de José León Suárez y nos gustaría saber qué actividades van a realizar por la fecha.
Es un mes difícil para mí -confiesa Daniel-, porque me gustaría que las cosas fueran de otra manera, pero las cosas son como son -deslizó-. Van a ser 66 años ya. Ese jueves vamos a la Casa de la Memoria y la Resistencia, vamos a hacer el homenaje a los caídos entre el 9 y el 12 de junio del ’56, como se hace todos los años. La casa como vos sabes la fundó mi querida amiga Lita Artela, que dejó de militar cuando falleció.
¿Hija del fundador de Racing?
Ella misma. Tengo un recuerdo muy groso de ella, cuando fuimos a un homenaje en San Martín -era el año 2005-, me llama al celular con una voz quebrantada, adolorida, “Daniel habla vos en representación nuestra, me siento muy mal”. Al atardecer me llamaron para decirme que había fallecido, pero sus fuerzas y sus ganas en recuerdo de los compañeros caídos no la abandonaron hasta su muerte. Los llevó siempre como bandera, y eso fueron ellos, bandera de la resistencia, cuando cantamos ‘somos de la juventud peronista, no nos han vencido ni las bombas ni los fusilamientos’. Me da un poco de cosa que últimamente no se tengan tan en cuenta o no se recuerden, por eso me negué a ir mañana al Campo de Mayo con el inolvidable y mejor jefe del Estado Mayor General del Ejército que fue el General Roberto Bendini. en el 2005 se inauguró un monolito en el lugar exacto donde los asesinaron simulando fusilamiento a quienes habían venido a tomar Campo de Mayo.
A partir de ahí todos los años quedó en la agenda de homenajes donde yo le entregué en ese momento a Bendini el sable corvo y el wínchester 4440 del General Valle y con esas armas y un enorme retrato se bautizó a la escuela de ingenieros del Ejército argentino como “Juan José Valle”, porque esa era el arma de Valle y con la donación del busto de Valle, por un compañero que había estado al lado de Perón y de Evita. El busto desde entonces está en la Plaza de Armas de la Escuela de Armas del ejército.
Me habían invitado ahí, pero para ir a escuchar discursos que sale de alguien que lee un papel sin sentimiento, les dije que agradecía la invitación, pero prefería no ir porque en realidad tengo esta actividad en la Casa de la Memoria que no es para la foto al lado de nadie, sino que es un acto para el corazón -consignó Brión-.
Daniel precisó que en el cementerio de Olivos arrancan los actos frente a la bóveda donde está enterrado el General Juan José Valle. allí también esta Susana Valle y los dos féretros – de los dos bebes recién nacidos de Susana, uno de los secuestros que tuvo engañada en la morgue de un hospital y atada con cadenas a la mesa de mármol. Uno de los bebes nació muerto y el otro nació vivo, se lo pusieron adelante en un estante para que viera cómo se iba muriendo.
Cuando hablan de los excesos de la dictadura, no te cuentan cómo pasa…
Claro, de tanto picanearla, le provocaron el parto. Susana milito toda la vida del general y después ella militó hasta su propia muerte, y no pudo cobrar jamás la reparación económica, porque se la negaron en épocas de un presidente riojano, porque dijeron que no había podido constatarse fehacientemente que había estado secuestrada y murió en la indigencia, solo ayudada económicamente por un grupo pequeño de nosotros, que le conseguimos dónde vivir y tenía como doce hijos, murió indigente.
¿Por qué no se trata de sacar el término fusilamiento, si no lo fue realmente?
Por respuesta y en homenaje, Daniel nombró cada uno de los que cayeron en esa jornada el 12 de junio del 1956, asesinados por la primera dictadura genocida en la Argentina contemporánea, inspiradora de todas las que le siguieron. Entre ellos destacó, a los asesinados en los basurales de José León Suarez, disparándoles por la espalda mientras los soltaban y hacían correr en el basural, a los muertos en la represión en La Plata -dijo ya con la voz quebrada, y agregó los muertos en los enfrentamientos-. Nombró además a los únicos que tuvieron una orden de fusilamiento y que se negaron a firmar, además de los fusilados en Campo de Mayo, asesinados en la Escuela de Mecánica del Ejercito, simulando fusilamiento y poniendo como ejecutores a alumnos de 16 años del segundo año de la Escuela. Al compañero ametrallado del automóvil Club, que falleció en el hospital Fernández donde lo torturaron para que dijera quienes habían estado en el complot. La lista comprende también a los fusilados en la Penitenciaría nacional de venida Las Heras y un asesinado simulando suicidio en la Divisional Lanús el 28 de julio. adolescente. Son 32 compañeros -resumió Brión-.
¿Y nadie pagó por eso?
Se presentó un pedido al Congreso por el General Solari, para que se investigue, primero a todos los que habían hecho el golpe y segundo a todos los responsables de esas muertes. Y lo mandaron a archivo y a que sean vistos por el E.M del Ejército. En fin, en aquel momento creo que se ensañaron, esa demostración de odio tratando de infundir terror en el pueblo para que lo paralice y no puedan seguir adelante y lo consiguieron por un tiempo bastante largo.
El único mensaje que dejo a los compañeros militantes es que no busquen el recuerdo de los compañeros en los cementerios, los héroes y mártires que cayeron en el ‘56, no murieron, viven en el recuerdo emocionado de todos los militantes y una patria agradecida -consigno finalmente-.