Cristina reaparece y Macri se tambalea

Nunca se vio tan clara la advertencia que encierra el viejo proverbio de “No juegues con fuego, o saldrás quemado”. La reaparición de Cristina Fernández de Kirchner en el Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico ante un estadio de Ferro atestado de personas que se calculan en más de 30 mil simpatizantes de esta fuerza opositora a Cambiemos, levanta una amenaza para Mauricio Macri con el poder magnético de esta “animal política”, que logró a penas sin esfuerzo, capitalizar el sentimiento y provocar la reflexión tanto de seguidores como de descontentos.
Por Margarita Pécora
Ahora, cuanto se entrecruzan todas las interpretaciones y lecturas del discurso de Cristina, reflota en el aire una amenaza para Mauricio Macri: Reapareció CFK – como él ha querido para su pretendida reelección presidencial en el 2019, dando por hecha una victoria “cantada” ante una presunta rival frágil, a la que le ganaría en un eventual balotaje; pero lo que pasó hoy en Ferro, solo reafirma la percepción de que Macri camina sobre un campo minado y no se ha dado cuenta todavía.
Minado, reitero, de gente que si ayer no abrió los ojos cuando puso su voto a favor de Cambiemos creyendo en las promesas “para bien”, hoy sumida en la pobreza y la incertidumbre por el futuro, empieza a analizar el mensaje de la ex mandataria, que más que un discurso , fue una clase magistral de política y ciencia social demostrativa de cómo en tres años de gobierno neoliberal, el país duplicó la inflación y con las tarifas dolarizadas, hicieron caer estrepitosamente todos los indicadores económicos, en particular el consumo hasta provocar hambre.
Macri juega con fuego, y parece no tener en cuenta del riesgo de “quemarse”.
«La gente aguanta el ajuste porque hay un colchón del entramado social que construimos nosotros», fue una de las reflexiones que lanzó la ex presidenta, tratando de explicar cómo es posible que la gente ha soportado tan brutal ajuste en tres años de neoliberalismo que han vuelto a endeudar el país sin llegar a producirse un estallido social”.
De su arsenal de conocimientos, Cristina sacó conceptos para describir, con particular énfasis, lo que es el neoliberalismo, el “estado de bienestar” y la “igualdad”. ¿Qué es el neoliberalismo? ¿Una teoría económica? No. Es una construcción política del capitalismo-aclaró la ex mandataria argentina-.
Ahí aprovechó para reinstalar el término de “pueblo” cuando expresó: «Nosotros como espacio progresista debemos acostumbrarnos a no presentarnos como la contra, sino como el espacio político y social que excede la categoría de izquierdas y derechas para ingresar decididamente en una nueva categoría de pensamiento, y es la de pueblo», que desde un punto de vista político, no son ni más ni menos que las personas que forman parte del Estado, sin ningún tipo de distinciones de raza, género, religión, nivel económico o social, a diferencia del término “gente” que utiliza casi de forma despectiva el gobierno neoliberal al dirigirse a la ciudadanía.
Un discurso de Cristina bastó para poner a tambalear a un gobierno que ya baila sobre la cuerda floja desde el momento mismo que empezó a tejer una cadena de promesas hoy incumplidas, y a trastabillar torpemente en la conducción del país que dejará endeudado y sumido en la pobreza.




