CRISTINA PRESIDENTA
Por Dany Wilde.
Alberto Fernández se encuentra con su esposa de gira por la Europa Latina. Portugal, España, Francia, Italia y el Vaticano son los países a visitar. Ya algunos los ha dejado. Con lo cual la presidencia del país está a cargo de la silenciosa parlante Cristina Fernández.
Recuerde amigo antiperonista que hace tres o cuatro años su expectativa era una Cristina presa, eran tiempos de devaluación, de dólar alto y de un empresario que no robaba, conduciendo los destinos del país.
¿Se acuerda compañero que hace un lustro y monedas despedía a Cristina en la Plaza junto a 900 mil almas y ella le decía que venían por usted?, ¿y qué pasó?, Cristina acertó, el gorila le erró. En una palabra lo que pasa siempre.
¿Y que es lo que pasa siempre?, que usted amigo gorila, al igual que su padre y su abuelo creen que la derecha no miente cuando declara que Perón es nazi sin importar que se va de vacaciones gracias a él, que Evita es una atorranta sin interesarle que su mujer vota gracias a ella, que Isabel es una cabaretera sin importarle que no pidió un centavo al FMI, que Néstor es un autoritario y un corrupto sin hacer hincapié en que tranquilizó el mercado, hizo crecer el país a tasas chinas y se sacó de encima el FMI, que Cristina es una yegua, que todos los días lo molesta con la Cadena Nacional sin prestar atención que su vieja cobraba una jubilación por ser ama de casa y reconocida como mujer, o Alberto Fernández que cree usted que es el peor presidente de la historia olvidándose que heredó una pandemia económica y que le cayó una pandemia sanitaria y en lugar de ir de vacaciones, como ese que votó, se puso el overol para conseguir vacunas y usted sobreviva a estos tiempos. Esto pasa siempre amigo gorila.
Claro que usted, envidioso nomás, cree en la tapa de Clarín. Colabora con alguien que tiene declarada una fortuna de 1.000 millones de dólares mientras usted no llega a pagar el alquiler. Ayuda a quien le sacó la jubilación a su vieja, a ese que mandó a su amiga maestra a la muerte, a ese que le aumenta el dólar cuando se le antoja, al mismo que manda un periodista a redactar decretos en el primer piso de la calle Piedras al 1700 para que lo firme antes De la Duda y el mamerto, hoy la Corte suprema de injusticia, a ese aplaude, le compra el diario y usted el último viaje que hizo para vacacionar fueron 7 noches y seis días en las inundaciones de Belgrano, con visita al hipódromo de Palermo y recorrida por la casa de Patricia Bullrich, con Elisa Carrió de guía.
El problema es que usted además de envidioso es cabeza dura y sigue leyendo Clarín para formarse. Cuando su hijo le recomienda un libro reacciona con un “seguramente lo escribió un peroncho”. Ahí tiene razón porque la derecha cuando escribe libros es porque los raya todos o imprime fotos o grandes pensamientos macristas. Ojo que no es ironía, ¿usted tiene el libro de Laura Alonso? Vaya a comprarlo, no se lo pierda, para que vea que no le miento. Son recortes de diarios, sí, recortes que la nunca abogada cortó, pegó e imprimió. Una vergüenza. Ya que está enamorada de Macri podría haber escrito la continuación de “Platero y Yo” versión argentina con Mau en el papel de Platero.
Pero ya está, por hoy tiene demasiado. Lo importante es que Cristina pasó de presa potencial a presidenta, que dice hola y sale en el Washington Post, que va a un acto, no abre la boca y la banda de mercenarios analiza el silencio demostrando que la estupidez no tiene límite alguno. Recuerde amigo antiperonista que usted va de vacaciones y cobra un aguinaldo por Perón, que su mujer vota por Evita, que respiró por 12 años gracias a los K y que su vieja se vacunó por Alberto, sea agradecido pero no pare de agradecer y aplauda a la derecha. Recuerde que su abuelo le fue recortada la jubilación por obra y gracia de Carolina Serrano, que los Golpes de Estado llegaron de la mano de los militares por consejo de los Radicales, que ese ruin que votó se la pasaba de vacaciones y que De la Duda en dos años nos hizo comprender que el radical es radicha y que la radicha siempre está en el suelo. ¿No le parece?
