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CRISTINA MANGRAVIDE: Alfajores “Boquita Dulce”, hechos con amor y tradición

Por Gabriel Russo.

La ex Presidenta de la Cooperativa “Los Pibes del Playón”, hoy al frente de la Cooperativa “Bechamel” dialoga con Comunas sobre el proyecto que está prácticamente refundando en un local a media cuadra de la cancha de Boca. Luego de vencer muchas vicisitudes Cristina y una veintena de sus colaboradores, producen de forma artesanal alfajores similares a los “Havanna” y los venden en un Mate bar, al turismo y a los vecinos del turístico barrio porteño.

El gobierno promociona el Programa “Potenciar trabajo” (Programa Nacional de inclusión socio productiva y desarrollo Local). En contacto con Cristina Mangravide, conocimos el valor de la persistencia y la voluntad por cumplir un sueño y salir adelante, aún cuando se presenten dificultades en el camino.

“Ya no participo más de la Cooperativa “Pibes del Playón”, ahora estoy en una nueva cooperativa que se llama “Bechamel” -arrancó aclarando Cristina-.

¿Concretamente que hacen y cuántos son?

Hacemos alfajores y somos unos veintipico. Estamos a media cuadra de la cancha de Boca.

¿Este proyecto que tenés, hacia dónde se orienta?

Es un proyecto comunitario de desarrollo local e inclusión social porque nació a la vera de los planes sociales, te acordarás del Plan de Jefes y Jefas de Hogar desocupados ahí nació la idea. Yo conocí las fábricas de alfajores a la vista de La Costa, Mar de Ajó, San Bernardo. Vi el proceso de elaboración, y por supuesto terminas viendo tanto dulce de leche y chocolate que terminas comprándote una caja de alfajores. Y siempre tuve esa idea, de por qué La Boca que es el lugar turístico por excelencia de la Ciudad de Buenos Aires, no había una fábrica de alfajores. Increíblemente la crisis después del 2001-2002 me dio la posibilidad de presentar al gobierno en aquel momento de la Ciudad, que nos ofrecía los planes sociales de nación, pero nosotros teníamos que presentar proyectos para hacer la contraprestación, las personas que debían cobrar el subsidio.

Desde aquellos tiempos acá, fue como «el Quijote contra los molinos de viento», estuve tratando de convencer al que tiene la posibilidad -que no somos nosotros sino el estado- de construir una fábrica de alfajores en el barrio.

¿Hacen otros productos?

Es un Mate bar, ofrecemos servicios al turista y también al barrio, por supuesto, hacemos empanadas, para ir remando hasta que algún día los alfajores se produzcan en una escala que nos permita vivir del proyecto.

¿Una caja de seis alfajores cuánto cuesta?

Son 500 pesos. La receta es la del Havanna, pero en forma artesanal. Y se llaman “Alfajores de la Costa”.

¿Compra la gente?

En realidad tenemos dos tipos, uno chiquito para convidarlo en unos potecitos donde entran dos alfajorcitos, y la unidad, la gente pasa, compra tanto el turista como los vecinos, después tenemos servicio de catering, trabajamos con compañeros de otras cooperativas. En tantos años imaginate si hemos llegado a muchísimos lugares que trabajan la economía social.

Y ahora que está de moda lo vegano ¿El alfajor cómo lo haces?

Todo es absolutamente tradicional porque lo que queremos es rescatar nuestra cultura que es del alfajor con maicena, dulce de leche, etc. por eso pusimos un Mate bar donde la gente puede consumir el mate. Trabajamos con Agencias de turismo que hacen turismo social y hay un intercambio entre nuestra cultura y una apuesta a salir de la situación de emergencia en la que se encuentra nuestro barrio, nuestros vecinos y nosotros mismos. La idea es esa.

Nacimos con un merendero para los chicos y a través de estos años hemos mantenido el trabajo social, la idea siempre fue que los chicos puedan conocer y palpar, en talleres; también para adolescentes y capacitamos a vecinos. Ya es una empresa social.

¿En estos tiempos que el mate lo consumen de a uno, cómo lo sirven?

De a uno, tenemos varios tipos de mate. No tenemos capital y cada compañero va trayendo de sus casas y sumándolos a la cooperativa. Este es uno de los inconvenientes que tenemos porque a través de varios años hemos sufrido distintos inconvenientes, decepciones. En este momento estamos refundando el proyecto. “Renaciendo de las cenizas” como el ave fénix.

Los alfajores “boquita dulce” están hechos con todo el amor por los vecinos, socios y por la patria -consigno Cristina-.

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