Luego del triunfo de Alberto Fernández se han probado varias sospechas que dejaron importantes consecuencias para el futuro. Se probó que el votante de la derecha es un simple fanático e ignorante, sino como entender que avale a un presidente entregador, hambreador y con un dólar por las nubes. Otra vez se probó que la izquierda es funcional a la derecha. En el 2015 votaron en blanco porque para Nicolás del Caño el peronismo y la derecha son iguales. Este domingo la izquierda perdió 450 mil votos. Del Caño sacó 723 mil en las paso y ahora 488 mil más los votos de Manuela Castiñeira del MAS con 180 mil te suman 415 mil. También se probó que este comicio huele raro. Por ahora, Macri ya sumó 1200000 votos y los Fernández restaron a las Paso 1.400.000. En las Paso hubo 882 mil votos en blanco, el domingo el número fue de 332 mil o sea que 550.000 se arrepintieron y votaron a Macri. Todo muy raro.
Se probó también que las encuestadoras forman parte de los partidos políticos y realizan, con sus encuestas, acciones políticas. Se confirmó que en Córdoba sigue triunfando el odio recordando viejos tiempos de la década del 50 cuando cayó Perón gracias a los mediterráneos y tomaron el nombre de Córdoba la heroica.
Se probó que en Capital el peronismo pone de candidato a Dios y el diablo triunfa.
Otra vez el peronismo vivió una interna dentro de una elección. En aquellos distritos donde las primarias decidieron candidato y triunfó un miembro de la Cámpora, este no fue acompañado por el resto. La Plata, Tres de Febrero y Lanús sirven como ejemplo. Diferencias de 20 puntos antes se redujeron a una rara derrota a favor de la derecha. El tiempo pasa y estos egoísmos no terminan más.
También Ariel Garbarz observó que hubo adulteraciones en el centro de cómputos y padrones, que no cambian el resultado final, pero que sumarán más votos para el frente. Se presentará denuncia penal.
Se pudo probar que el voto además de ser izquierda o derecha hoy es viejo o joven. Todos aquellos jubilados que no votaron en las Paso concurrieron este domingo. Además en los festejos la participación de los jóvenes fue amplia y no se pudo observar algún miembro de la juventud acumulada.
La participación aumentó del 76 al 80 por ciento, o sea, un millón y medio más de electores. Muchos de ellos del exterior. También Lavagna perdió 500 mil votos y Espert y Centurión 150 mil cada uno.
Pero al margen del voto ideológico, del voto externo hay que entender que la maquinaria de la derecha para ir en busca del voto está más aceitada y menos ética que la peronista. No importó olvidarse de Vidal y Macri, menos aún prometer subsidios que nunca existieron o bienestar que jamás ocurrirá. Nada le importó a la derecha. Mientras el peronismo se mostraba cauto en sus promesas de campaña sin llevar a la mentira como caballito de batalla, la derecha se olvidó de la verdad y de la dignidad para mejorar su performance. Total, igual perdería, pero no era lo mismo 20 puntos que ocho como finalmente ocurrió. Con lo cual otra consecuencia de este comicio es la absoluta falta de ética por parte del macrismo. Una corriente que en campaña puede prometer desde aumento de sueldo hasta dinamitar una villa, todo sea por un voto.
