En su último discurso al gabinete ampliado, léase amigos del secundario, el prescindente ofertó una catarata de frases célebres que pasarán a la historia. La historia negra de los presidentes corruptos y mediocres.
“Hay gato para rato”, fue todo un pensamiento que ni siquiera gustó a su fan Marcelo Longobardi. “Nos vamos con la conciencia tranquila”, fue otra frase que denota un estado de cargada permanente hacia sus gobernados o la inconsciencia plena de alguien que consume berreta. Pero la frase que no tiene parangón, esa que pasa a la historia, la que no tiene comparación alguna ni con las máximas de San Martín fue, “nos vamos con las manos limpias”.
Quizás no captó bien la frase, reitero “nos vamos con las manos limpias”, lo dice el apellido pegado a los Panamá papers, el presidente que la prensa norteamericana considera el segundo más corrupto del planeta. De limpieza habla quien se autoconcesionó los peajes, que aumentó el gas y la luz porque tiene acciones en empresas de energía, el recordado por el contrabando y las cloacas de Morón. Habla de manos limpias quien usó el dinero de los jubilados para tapar sus maniobras, el mismo que se otorgó la mayoría de las obras a sus amigos y a sus parientes, ese que usó al congreso para blanquear dinero non sancto de su familia, ese que repartió millones a sus hijos que son monotributistas, el que manejó y manoseó las últimas elecciones, este muchacho habla de honestidad.
Puede darle la cara para tamaña mentira. El de las manos limpias ingresó al poder con 254 causas y dos procesos. Se retira del mismo con 92 causas. Macri habla de honestidad cuando se apropió del Correo Argentino, echó diez mil empleados, no pagó a los trabajadores ni tampoco al estado.
Macri cree tener las manos limpias, el pueblo sabe que no y de última fue el que se lavó las manos. Todos sabemos que nos entregó, deuda mediante, al imperio. Todos sabemos que la prensa americana lo trató de segundo corrupto en el planeta aunque discrepamos en este punto y pensamos que Mau es el campeón de la corrupción.
El 10 de diciembre todo cambia. Quizás no sea un paraíso pero al menos no escucharemos sandeces en boca del ejecutivo. La mediocridad y la falta de contenido dejarán el gobierno en la búsqueda de construir una oposición sin brillo, sin verba, con experiencia en trampa y fraude y utilizando a la mentira como caballito de batalla.
