Opinión

CELESTE Y BLANCA, PRESIDENTE

Por Carlos Galli.

En la reunión con los pseudos mapuches de nuestra Patagonia y el sur argentino, le plantaron un trapo sucio, sobre la mesa, y brilló por su ausencia nuestra amada bandera celeste y blanca. Le coparon la parada, Presidente.

Estos «aborígenes» desconocen el Estado Argentino, y usted les da un subsidio para incendien terrenos y usurpen viviendas.

Le marcaron y le embarraron la cancha, y usted, Dr. mostrando, una vez más, intolerable y desesperante tibieza.

Pensar que por nuestra Patria y nuestra bandera, murieron miles de patriotas sin bronce. Los gauchos de Don Martin Güemes, los seguidores del Chacho, Ibarra o Dorrego. Parecería que se olvidó que nuestra Patria, fue fundada por Centauros que con Tacuara chuza y lanza, regaron con su sangre el suelo argentino, a cambio de Patria. Héroes y mártires, a los que llamaban gauchos brutos, o en la mentada barbarie. Claro no estaban para levita, galera o bastón, pero sin dudas, estaban presentes para dar la vida por esta bendita Patria y por nuestra bandera. Sin embargo, Presidente, usted permitió que esté presente en esa mesa, y en esa reunión, un trapo sucio que reemplazo la insignia que el General Belgrano nos legó.

Usted, cómo tantos otros, juró sobre Los Santos Evangelios, agregando que DIOS y la Patria se lo demanden, si no cumple.

No se quede muy tranquilo, Presidente, ponga sus barbas en remojo, porque lo más probable, es que la Patria, nunca le demande nada. Pero por si no lo sabe, DIOS SI, se lo va a demandar, porque no existe nada peor para el SUPREMO, que juran en falso. Lo dice SU PALABRA. Le sugiero que le dé una hojeada a la Santa Biblia y se dará cuenta lo grave es que es jurar en vano.

Hay millones de ciudadanos que quisieran tener una reunión con usted o con algunos de sus funcionarios. Ciudadanos ARGENTINOS, que llevan en su corazón, la celeste y blanca. Que se ponen de pie, cuando se canta el Himno Nacional Argentino. Y no son recibidos ni escuchados, y usted Presidente, recibe a una tribu y permite que en esa reunión, se muestre y se enarbole un trapo sucio, a los cuales, su Gobierno banca, los escucha, y los recibe, solo faltó una alfombra roja.

Los pobres y los indigentes, jamás entrarán en su despacho, pero los pseudos mapuches, tienen privilegios que el verdadero PUEBLO, no lo tiene.

No puedo salir de mi estupor, de mi sorpresa y dolor, ver qué un trapo mugriento, fue exhibido en un despacho, de los pseudos mapuches.

Ningún trapo sucio jamás reemplazará a nuestra CELESTE y BLANCA, el pueblo argentino no lo vamos a permitir NUNCA .

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