Caso Facundo entre las pericias y el temor de ver rodar cabezas.

Por Matías Russo –
La aparición de un cuerpo esquelético a la vera de un canal en la localidad de Villarino que se presume sería el de Facundo Astudillo Castro, sucede en un momento donde las tensiones entre Sabrina Frederic y Sergio Berni siguen sin ser resueltas.
Alberto Fernández se enteró el sábado por la noche de la aparición del cadáver, e inmediatamente pidió a su Ministra de seguridad y el gobernador Axel Kicillof, prudencia y cautela en el manejo de la información. El presidente teme, porque Facundo Castro sea un Santiago Maldonado, y si bien las circunstancias son totalmente diferentes porque el actual gobierno, primero no ordenó reprimir, no hubo un operativo montado más que un pedido de documentación en plena en cuarentena; tampoco el gobierno ha encubierto a lo largo de estos meses a los presuntos oficiales implicados en este caso, sin embargo para el imaginario colectivo otra vez el estado vuelve a estar detrás de una desaparición en democracia, aunque en concreto sea nuevamente la Fuerza de Seguridad la que está bajo sospecha.
A todo esto Berni se encuentra aislado en su casa de Zárate mientras se recupera el coronavirus y se encuentra ninguneado completamente del avance en la investigación. Alberto y Frederic hablan directamente con Kicillof, e intercambian información sobre el caso. Berni si no es por lo que le filtra su gobernador, debe recurrir a su propios medios para tener acceso a la data fina de un investigación que apunta a sus fuerzas, las cuales fueron desplazadas por pedido de la propia familia de Facundo.
Kicillof ya le manifestó a su círculo íntimo que no tendría inconvenientes en purgar la bonaerense si la causa decanta en ese sentido; aún restan las pericias sobre el esqueleto encontrado que comenzarán mañana, y se supone que la confirmación por parte del Equipo argentino de Antropología Forense llegaría a no más tardar dentro una semana; sin embargo Kicillof cuenta con el respaldo Alberto para que haga lo que tenga que hacer con la Fuerza de seguridad de la provincia.
Caiga quien caiga el Presidente pidió cero impunidad. Sin embargo hasta ahora el límite de ese caída quien caiga, es Sergio Berni .Mientras el Ministro tenga el aval de su jefa política Cristina Kirchner, Berni seguirá al frente del Ministerio de Seguridad pese a que la familia de Facundo pidió su renuncia y pese a que la carroñera oposición se coló en el reclamo.
Sería una insólita caza de bruja que caiga un Ministro por un operativo de 4 efectivos pidiendo documentos, si es que éstos efectivamente son los responsables de hasta el momento de la desaparición del joven de 22 años.
De antemano, hace semanas Berni viene insistiendo en profesionalizar las fuerzas de Seguridad, que no sean una salida laboral fácil, que no sean potenciales delincuentes se calzan la gorra y el chaleco para cobrar un sueldo del estado, que no sean ejércitos de ignorantes preparados en el barro ante tratos brutales y en cambio reciban educación en Derechos Humanos y Ciudadanía. Mientras tanto, al igual que con Santiago Maldonado, con Facundo Castro surgen de nuevo las mismas preguntas. ¿Qué pasó, por qué agarrarían a un pibe ignoto, lo desaparecerían, lo matarían, el cuerpo efectivamente fue plantado, por qué buscan erosionar la democracia de un gobierno, a quién apuntan; al Ministro, al Gobernador. Qué hay detrás de todo esto por qué la maldad de ensuciar la investigación hasta hacer que la familia ruegue y se conforme con poder tener en sus manos un cuerpo sin vida.?