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Opinión

CARRIÓ, DIPY Y PINOCHO

Por Gabriel Princip.

Consolidado un rebrote sanitario en toda Europa y poniendo sobreaviso a la Argentina, la guerra de los laboratorios se estableció en el planeta. De más está decir que los tanques de la actualidad, o sea, los medios de comunicación ya tomaron partido y embisten a todo lo que no suena OTAN.

Por supuesto, que la banda de políticos que nunca han hecho nada, más los mejores operadores de los medios, en otra época trabajaban de periodistas, se suben al púlpito del conocimiento científico y te explican porque no sirve la vacuna rusa, alias Sputnik V, siendo la mejor la Pfizer, claro que esta no tiene nacionalidad, sino marca.

Elisa Carrió, siguiendo con su campaña de papelones mediáticos y tratando de justificar un salario que proviene del Estado desde 1980 se encargó de llamar a sus micrófonos amigos para declarar que hará juicio al gobierno por envenenamiento al proporcionar la vacuna rusa al pueblo. Detrás de ella, los operadores serios como el Jonatan, el Feinmann, el Tato, el médico que nunca trabajó de médico y tampoco de periodista, más el acompañamiento del Jauretche de la causa amarilla, o sea el Dipy, se encargaron de emular a Pinocho y seguir engrandeciendo sus narices diciendo cualquier cosa de la pandemia para terminar su mensaje con “la rusa es mala, la más linda es la Pfizer”.

El médico sanitarista Jorge Rachid afirmó: yo les pongo nombre y apellido a esas personas, porque del ridículo no se vuelve, y a ese casco de guerra que tenían contra el gobierno y Cristina, ahora le agregaron el logo de Pfizer porque seguramente deben tener el sponsoreo de Pfizer para decir semejantes barbaridades”.

La firma norteamericana ya realizó un cálculo de ganancias sobre los seis primeros meses y esta cuenta le da 15 mil millones de dólares. Auspiciar los medios argentinos es casi una tontería ya que los operadores criollos también se niegan a hablar del inicio de la pandemia. Un año vista y considerando que todas las economías se desorganizaron salvo la China, que el rebrote y segunda y tercera ola siguen y aumenta la cantidad de muertos más el negocio que hacen los laboratorios que responden a las grandes corporaciones no sería de extrañar que el virus se haya “escapado” a propósito, por decir algo, en beneficio de China y aquellos que propalan el nuevo orden mundial, o sea, las grandes familias que controlan el planeta.

Lo cierto es que la vacuna rusa fue certificada por la ciencia y por las revistas especializadas con lo cual el discurso del tándem Carrió-Dipy se cayó a pedazos. Tengamos en cuenta también que la vacuna rusa tiene un costo de ocho dólares y la yanqui de 25 y está ya ha causado 26 muertos en Noruega mientras que la rusa todavía no tuvo consecuencias letales.

La causa amarilla sigue de papelón en papelón. Sus filósofos, como el mago sin dientes, el Dipy, el troll-chorro F. Iglesias y demás autoridades del pensamiento liberal no alcanzan para enlodar el trabajo sanitario del gobierno de Alberto Fernández. En una palabra, al llorar al campito.

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