CARA DE PIEDRA, CORAZÓN CAUTERIZADO

Por Carlos Galli.

El Presidente de la Nación, expresó ante los suyos que fueron sensibles cuando debieron serlo. Fueron solidarios cuando se necesitó ser solidario. Que nos cuidó cuando debió cuidarnos. Quitó libertades cuando necesitó cortarlas, para cuidar a la sociedad del Covid 19/20/21…

El primer mandatario parece olvidar que, con su dedo índice nos acusaba de ser los responsables de los casi 117.000 muertos por la pandemia. Parece olvidar que mientras los ciudadanos estábamos encerrados, él, los amigos del poder e incluida su pareja estaban de joda en la Quinta presidencial de Olivos.

Parece que su memoria es demasiado frágil, y cuando faltaban vacunas para el pueblo apareció como por arte de magia el “Vacunatorio VIP”.

Mientras seres humanos morían, la Coalición de Gobierno le decía que NO a las vacunas Moderna y Pfizer. La única que servía para los políticos oficialistas, y los profesionales de la medicina colaboradores del gobierno multicolor, porque esto no es peronismo, la vacuna rusa era el gran «milagro» de la ciencia.

Sus discursos tibios, prototipo de un social demócrata, me recuerdan una vieja canción de Palito Ortega que decía: «Ya todos saben que vos sos un caradura, caradura por demás».

Basta Presidente, no nos falte más el respeto. No menosprecie nuestro intelecto. Deje de subestimarnos.

¿No le alcanzó las derrotas electorales de septiembre y de noviembre?

En 38 años de democracia, el suyo es el peor de los gobiernos. Quieren parecer, y no son y no pueden. Su gobierno dice ser nacional y popular, y hay casi cincuenta por ciento de pobres, cinco millones de indigentes y casi siete de cada diez niños y niñas no comen todos los días, lo que significa claramente que no es un país igualitario, y que la Patria no es el otro.

El Instituto Patria es solo un nombre ampuloso, pero nada tiene de Instituto y mucho menos de patriótico.

Es un edificio lleno de miserias y de hipocresía.

Muchos juramentos de los diputados dieron vergüenza ajena. Juramentos carentes de verdades, preparados y guionados por libretistas de poca monta.

Usted y los suyos serán recordados como el gobernante de la pandemia, de la pobreza, y de la miseria.

Prometió que, si tranzaba con el FMI se iba a su casa. Ya tranzó y, sin embargo, sigue en Balcarce 50 disfrutando de la residencia presidencial, sus jardines, su hermosa arboleda y sus fiestas ahora permitidas, pero recordar que las hubo clandestinas. ¿Las recuerda Dr. Alberto Fernández?

Dentro de 15 días, el mundo cristiano festeja el nacimiento de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO (aunque La Santa Biblia no habla de esa fecha sagrada), sería un momento ideal para que usted y los suyos se arrepientan de tantas cosas que han hecho mal y a espaldas del pueblo. Tendrían que tener menos soberbia, menos vanidades y más altruismo.

¿Presidente, se puso a pensar y meditar que no tiene votos?, no tiene poder. La vice dijo que tiene la lapicera, pero parecería que se quedó sin tinta. Para el 10 de diciembre la secta camporista le armó el escenario. Y usted, con menos carácter que una hormiga, permitirá que La Cámpora le cope la «fiesta democrática».

Su relato está vacío de ideales y convicciones. Creyó ser el dueño de la verdad absoluta y revelada, y está impregnado de burdas falacias.

Prometió que el pueblo, en especial los adolescentes y mayores, íbamos a tener una vida digna y que merezca ser vivida. Nos engañó a todos. Por eso el título de esta nota de opinión, tiene el corazón de piedra y la conciencia cauterizada.

Es cierto que no es el único responsable, la mayor culpa la tiene quien lo eligió, que es quien tiene los votos y también el poder, poder que parece que ha empezado a mermar. Aunque sigue por ahora vigente.

Insisto, el 25 de diciembre puede ser un día de reflexión y autocrítica. Dejar de ser como los sepulcros, blancos y limpios por fuera, pero por dentro llenos de miserias y podredumbres.

Vamoooos Presidente, tal vez todavía está a tiempo que DIOS ponga SUS ojos en usted y le extienda SUS manos. Estoy convencido que, si se arrepiente de corazón, DIOS única fuente de toda razón y justicia, escuche sus ruegos y derrame del Espíritu Santo, sobre este país, que la casta política se ha encargado de despedazar.

Ponga el pecho Presidente, demuestre que puede revertir la triste y penosa historia de su gestión.

Quizás muchos no entiendan mis expresiones y mis pensamientos, pero como cristiano militante, confío que DIOS tenga misericordia de la Argentina.

A todos les pido disculpas por mis tantos adjetivos, pero no hay nada mejor que expresar lo que me dicta el corazón.

Esta es mi última nota de opinión por este año. Les deseo a todos un buen fin de año y un 2022 pleno de dicha y felicidad. Con salud, trabajo y el amor hacia el semejante. Disculpen que escriba en primera persona y sea autorreferencial. Yo también tengo que dejar rencores de lado, y ser mejor ante los ojos de DIOS. Espero poder hacerlo y tener así, paz en mi espíritu y en mi alma.