BRIDGE

Por Dany Wilde.
Dicen que dicen que para ser un buen jugador de Bridge hace falta memoria, disciplina, cálculo frío y táctica. Eso dicen. Sabemos que se juega en pareja, con lo cual debemos conocer quien es el numero dos del equipo de Macri, porque no podemos creer que el ex presidente tenga esas características, o si las tiene… ¿Cómo nos engañó, no?.
Mauricio viajó a Italia. Allí entre el 27 de marzo y el 9 de abril se disputa la copa mundial de este juego. Para que se entienda usted que odia a Cristina y sus seguidores, mientras el gobierno trata de arreglar la estafa producida por el macrismo, en momentos que toda la población lucha contra la inflación para poder llegar a fin de mes y en Europa el olor a muerte y la sangre gotea producto de una guerra, el señor se sienta en una silla y juega tranquilamente.
Claro, el pobre sufrió cuatro años para poder robar y estafar al país, con el correo, los parques eólicos, con los porcentajes en los jugadores de Boca, con el narcotráfico y demás yerbas, mientras un segmento de la sociedad aplaudió a mano partida y sin recibir una sola moneda. De tonta y perversa no más.
El bridge es un juego de cartas que se disputa en pareja y data del siglo 16. Quizás lo más parecido sea la brisca italiana y la versión que hoy se disputa se conoció en Egipto. Su nombre se debe que en su origen era un puente de amistad. Bridge es puente en inglés. Claro que siempre existe un empresario que le pone sabor a la cosa y allá por 1925 un multimillonario llamado Harol Vanderbilt lo denominó Bridge de Contrato porque el vil dinero entró al juego en modo apuesta.
En 1960 se disputó la primera olimpiada y en los 70 llegó la copa mundial. Esa que Macri llega a disputar luego de haber llegado a las semifinales de la Copa América.
Uno como argentino diría adelante compatriota vaya por el título, pero esta vez uno entiende a la gente que no apoye a este compatriota.
Las razones son varias. Primero pertenece a un clan que saquea al país desde la década del 80. Nunca se sintió argentino, siempre apostó a la Embajada norteamericana, apuesta que siempre ganó y jamás le interesó el país del cual fue presidente como este juego de cartas.
Pero claro nada de lo que digo le debe importar. Tampoco le interesa a los acólitos amarillos. Su jefe puede ser campeón y un motivo para festejar. Seguramente estarán atentos a cada partida, total el caos en la calle lo controla Patricia Bullrich, y el mal momento argentino es problema del gobierno. Tampoco la guerra les interesa mucho, ya que pensaban ir al frente ucraniano, pero es mejor tender un puente de amistad con los que les interesa el país para rifarlo, que con los ucranianos.
Hoy el argentino se empobrece día a día gracias al desastre macrista y el acuerdo con el FMI. El jugador amarillo apostó la Argentina y la perdió, 44000 millones de dólares se fueron por la canaleta de la oligarquía, el 40% de los argentinos votaron esa idea, y el 100% sufren las consecuencias.
El puente de la amistad fue bautizado hace más de un siglo, el juego que Macri disputará en breve. Esta vez no puede apostar el país, porque ella lo jugó, ya lo utilizó, y ya lo perdió. Ya usó un puente. Fue para fugar divisas. ¿No le parece?




