Banquemos.com es el sitio donde se congregan los soldados de Marcos Peña. El infeliz funcionario amarillo, se tomó vacaciones, y volvió junto al coronavirus para ejercer el mal y la discordia. No contento con su fracaso como miembro del peor gobierno de la historia comenzó a trabajar con la idea golpista de que el peronismo deje el gobierno.
Un viejerío intelectual lo sigue. Con sus canas y sus celulares pretender provocar el enojo argentino. Convocaron a un cacerolazo con menos ruido que una cancha de futbol en estos tiempos. También ese ejército tomó el tuit, el face y el mail y consagraron un papelón importante y cibernético.
No es masiva la adhesión con que cuenta Marquitos, el problema es que haya gente que persiga en estos tiempos de pandemia que es prioritaria la causa amarilla.
El hijo de quien fuera vicecanciller en el gobierno de Galtieri, primo del secretario de comercio en la presidencia Macri, y descendiente de aquellos que lideraron la Patagonia Trágica, es un fiel exponente de tan rancia y ofensiva familia.
Cabe destacar que Macri reconoció en él sus ojos y su cabeza. Frase escasamente heterosexual si las hay. El ex presidente tuvo y tiene una relación extraña con Marquitos. Esa relación que uno espera encontrar colgada de una percha en un closet.
No obstante mientras Alberto Fernández sigue luchando a capa y espada contra el virus, la pandemia amarilla empezó su golpismo. Mientras el Capitán Beto conduce al peronismo en la salvaguarda de todo un pueblo, el infeliz ex funcionario juega con la cacerola de teflón sin siquiera saber cocinar.
Para desgracia de Macri y su banda, hoy Alberto Fernández tiene un 90 por ciento de imagen positiva, un 80 por ciento de aceptación en las medidas que está tomando y un 70 por ciento de intención de voto. Cifras que jamás alcanzó Macri ni cuando la encuesta la hacía Peña en el barrio de Recoleta.
El virus no terminó. Los muertos seguirán sumando en la tabla de todos los medios. No hay remedio y el problema es mundial. Pero según especialistas internacionales el trabajo argentino es uno de los mejores y nunca alcanzará las cifras de Estados Unidos, Italia o Brasil. Fernández garantiza trabajo y punto. Peña cree que el trabajo es tuitear insultos hacia el peronismo y pagar periodistas que dicen ser independientes y que todos sabemos quiénes son.
A pesar de la cuarentena, y los enfermos, las medidas tomadas por el gobierno son correctas. Así lo piensa la medicina y el pueblo0 todo. Por esa razón saldremos adelante y más pronto de lo que creamos. Mientras se lucha contra el virus, la bacteria amarilla solo piensa en modo cacerola. Claro que esta vez el ruido de la cacerola no alcanza ni para despertar a un bebé. Por eso Marquitos probá con trabajar y dejar de bancar a un traidor. El mensaje también es para ese viejerío golpista que, como no juega a las bochas, se entretiene con el twitter y una base de insultos gorilas. Marquitos es hora del retiro por el bien de la Constitución. Y esto es un pedido y no el cartel de la línea 60.
