Baldazo de agua helada para Zelenski, EE.UU., la OTAN y también Milei…

Por Margarita Pécora B. –
Vladimir Putin acaparó este domingo el epicentro mediático de la geopolítica a escala mundial. Con su arrasadora victoria electoral, que supera el 89 % de los votos, el líder del Kremlin se acaba de consagrar por quinta ocasión, en el presidente de la Federación Rusa. La noticia navegó rauda y veloz por las autopistas de la comunicación global, calificando de histórico el récord electoral, y de indiscutible la victoria que cayó como un baldazo de agua helada sobre los reductos que concentran a los adversarios al líder de Moscú, es decir, la OTAN, EE.UU. y los aliados de la UE que mueven los hilos de Zelenski en Ucrania, y del otro títere, Javier Milei
Las redes sociales han estado difundiendo opiniones encontradas algunas tendenciosas, por cierto; por un lado de euforia y felicitaciones al hombre del kremlin provenientes de simpatizantes repartidos por diversos rincones del planeta; y por otro lado se han hecho eco de la rabia e impotencia de sus adversarios, en primer lugar Volodimir Zelenski, que se adelantó a decir cuando salían los datos de boca de urna, que el mandatario ruso está «ebrio de poder» y quiere «reinar eternamente».
Con su sal y su pimienta, los principales diarios del mundo, fogonearon la idea de que hubo una farsa electoral en Rusia, y construyeron titulares; como “El País”, de España, que estampó: “Vladimir Putin se proclama vencedor con el 87 % de los votos, y enfocó al líder, soberbio, diciendo que “nadie podrá con Rusia”. Por cierto, una burda técnica para descalificar al ganador, restando valor a la lógica de que son, efectivamente muchos millones de rusos los que les dieron sus votos a Putin, y que a todas luces es imposible que tantos millones hayan sido obligados, mucho menos por fuerzas militares dentro del cuarto oscuro.
Lo más sensato es que ese pueblo multinacional que conforma la inabarcable Federación Rusa, ha ejercido de forma cohesionada y unificada su voto a un presidente que conserva carisma, prestigio y sigue inspirándole confianza a su pueblo.
Según fuentes consultadas, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Ucrania y Polonia fueron los primeros gobiernos en pronunciarse sobre los comicios que le garantizarán a Vladimir Putin su quinto mandato y dejaron leer que fueron “polémicos”.
Pero más allá de los tintes del enfoque mediático sobre el resonante suceso electoral, lo que uno trata de imaginarse es cómo habrán recibido la noticia, los enemigos rabiosos del presidente ruso porque además de Zelenski, está Joe Biden que en febrero pasado lanzó duros improperios contra el hombre de Moscú diciendo que era un “loco hijo de p…”, recordemos que el presidente estadounidense ya había calificado a Putin de “carnicero” y “criminal de guerra” por ordenar la invasión de Ucrania en 2022.
Y por supuesto que la repercusión de la reelección de Putin, ha tenido simpatizantes que arengaron con su mensaje en las redes con la palabra Hurra, y escribieron :¡Ahora vamos con todo Rusia….a limpiar tus fronteras de nazis y refregar la boca a los dirigentes de USA, UE y otros!
Es obvio que esta elección consolida el poder del dirigente ruso y siembra preocupación y temor en las fuerzas beligerantes ucranianas, porque ya es más que evidente que la iniciativa en el frente la tienen las tropas rusas. Pero más preocupación deben sentir los de la OTAN, ante la posibilidad de un conflicto con Moscú. Más ahora que Putin al ser preguntado sobre ese tema, afirmó «Todo es posible en el mundo moderno», que «Un conflicto entre Rusia y la OTAN llevará a que se esté a un paso de la Tercera Guerra Mundial […], y que hay militares de la OTAN en Ucrania […] y nada bueno para ellos, están muriendo allí en gran número», subrayó el mandatario.Por eso, con Putin investido de mayor poder, están temblando los jefes del Pentágono, los de la OTAN y los aliados de la Unión Europea de que se desate la temida tercera guerra mundial.
De nada les valió la operación mediática para instalar que Navalny fue asesinado por orden de Putin, y que las elecciones estuvieron marcadas por una oposición (casi) inexistente; tampoco le dio resultado a Estados Unidos, la opereta que le trasmitió al Congreso y a sus aliados, de que Rusia tenía intenciones de colocar un arma nuclear espacial, para amenazarlos, cosa que desmintió el propio Putin al declarar que Moscú “no tiene intenciones de desplegar armas nucleares en el espacio, y afirmó que su país sólo ha desarrollado capacidades espaciales similares a las de Estados Unidos.
Si ahora Donald Trump vuelve a felicitar a Putin por su triunfo electoral, como lo hizo en 2018, le va a dar una patada al avispero de los demócratas, porque todos los contendientes del republicano han venido especulando sobre la simpatía que siente por Putin, y que lo defiende toda vez que puede.- Y por supuesto que tratarán de usar cualquier declaración suya para esmerilarlo en la campaña por la vuelta a la Casa Blanca.
Comoquiera que por estas horas, muchos dirigentes mundiales no se han expresado ni a favor ni en contra de la victoria de Putin, ya es un hecho inequívoco que lo convierte en hueso duro de roer, hasta para el inquilino de la casa Rosada, Javier Milei, que siguiendo órdenes imperiales, se declaró enemigo acérrimo de Rusia y de Putin, que para molestarlo invitó a Zelenski a su asunción presidencial el 10 de diciembre en Argentina, y hasta ordenó sacar a esta nación sudamericana del BRICs, mutilando la posibilidad de recibir ventajas económicas del intercambio comercial con los países emergentes que han tenido el privilegio de formar parte de ese bloque.
A pesar del odio político que el lacayo argentino intenta sembrar en torno a Rusia y su líder, Putin ganó, como ya tiene prácticamente ganada la ofensiva militar en Ucrania, y quiéranlo o no tendrán Putin para rato.