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Arturo Jauretche y Pamela David

Por Gabriel Princip

Desde los 60´ a la fecha, la militancia peronista y algún desclasado político para su formación abreva en escritores y filósofos argentinos de la talla de Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche o Juan José Hernández Arregui.

Con ellos se han formado, han configurado se mente y han apretado enter en cualquier charla de café para debatir la actualidad nacional con cierto contenido y de paso cierta ideología.

En cambio, el militante de la clase media supo instruirse con el periodismo. Neustad, Grondona, Hadad o Lanata fueron operadores en sus neuronas para salir a discutir o contrariar al peronismo.

Obviamente, en conocimiento siempre triunfa el más cercano a la idea nacional. El media clase informa con opinión y no opina con información como debería ser.

Claro que al menos Neustad o Lanata  tienen o tenían cierto prestigio en las corrientes liberales. Hoy estos periodistas han sido suplidos. Entraron a la cancha Pamela David, Mirta Legrand, Mariana Fabbiani y Alejandro Fantino.

Juan José Hernández Arregui nos puede explicar en sus escritos como es el ser nacional. Pero esa lectura queda derrotada  por 30 segundos de Pamela David mirando a cámara y diciendo: “No soy más católica, estoy enojada con el Papa”. Si hacemos una encuesta quien entiende más sobre el ser nacional triunfaría Pamela David. Sobre Hernández Arregui la mitad contestaría no sé quién es y la otra mitad diría, que ¿Es un jugador de polo?

Arturo Jauretche se cansó de hablar sobre la clase media, la sociedad del medio pelo y quienes fueron los profetas del odio. Analizó con objetivad y frialdad la política argentina hasta el último gobierno de Perón. Pintó con exactitud sociológica como es la clase media en Argentina pero no media como Mirta.

La gente apoya a la señora cuando dice cualquier barbaridad y remata: “me lo dice la gente”. Le encanta a la clase media que opine Mirta en contra de las mayorías y aceptando al peronismo si Menem es su líder. Se festeja cualquier inconsistencia política y cuando se equivoca, aclara otra vez “me lo dijo la gente”. La gente que mira a Mirta la consultan sobre Jauretche y piensan que es un equipo del Federal B.

En un mismo plano se encuentran Mariana Fabbiani y Alejandro Fantino.  Jóvenes, rubios, sin contenido político y sin análisis crítico parten en todos sus reportajes desde la más supina ignorancia. “Contámelo a mí fácil para que lo entienda yo, que no se nada”, clásica frase de Fantino con una poderosa autocritica y entendiendo que su público sabe menos que él. No me atrevería mencionarle a estos muchachos a Scalabrini Ortiz porque Fabbiani diría: “Yo lo conozco, yo lo conozco,  una estación de subte”.

Estos filósofos mediáticos resultaron de gran ayuda para que Macri fuera presidente. Explicando el movimiento pendular de la nada y la vida sexual de la lésbica hormiga convencieron a un público de que lo cool era el cambio y estaba bien.

Claro que ellos que hablaban de la nada por la nada misma, no pueden explicar el momento álgido de la política nacional. Para saber que está pasando y que sucederá en los próximos años hay que leer Jauretche, Scalabrini Ortiz y Hernández Arregui.  Para seguir viviendo en una burbuja, optemos por Pamela David.

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