Opinión

ARGENTINA A REMATE, O DE REMATE.

Por Kurt Winckels

Todos los días los medios dominantes amargan el día de los argentinos con una mala noticia. Aumenta el dólar, la nafta, los alimentos, la luz y atrás los medios explicando que todo pasa para bien nuestro y gracias al gobierno anterior. Blindan la estupidez, la idiotez, la mentira y la trampa sin dejar de respirar.

Si la noticia no abona el campo de los aumentos, nos lleva a la llanura policial. Algún arrepentido trucho, otro empresario mentiroso o un cuaderno de tapa dura, que no sea en forma de espiral porque los  próvida no lo admiten, embadurnan el día de la mañana a la noche. Todo este tsunami de mentiras termina en Cristina chorra, Cristina presa.

Y si no es  policial la noticia transita el espacio administrativo del ajuste. El gobierno vende un departamento en Paris, una casa en Nueva York, los asientos de los pilotos de Aerolíneas, Campo de Mayo o las muletas de un perro k. Todo para ahorrar, para recaudar  e inmediatamente entregar a al FMI. Es importante vender una cochera que no se usa o los asientos de primera clase para darle en efectivo a Lagarde, lo que no es una tontería son sacar 500 millones de dólares para controlar el tipo de cambio. En una palabra, idiota, te entregan atado de pies y manos y vos prendes la tele para ver a Feimann.

Argentina está de remate. Todo se subasta, todo se vende todo se entrega. Pero también tiene habitantes de remate. Locos que se ahogan en el mar de la mediocridad gritando Cristina chorra en lugar de decir socorro. Parte de la sociedad que cree en cualquier fotocopia pero duda de los aportantes truchos. Hombres y mujeres que  en treinta segundos, sin repetir ni soplar, gritan Cristina yegua, Macri no roba. Gente que saca crédito para ir a la carnicería o pagar la luz diciendo “antes te regalaban todo” con ese rostro serio y enjuto producto de escasas relaciones sexuales.

La Argentina está en venta al igual que Grecia a principios de siglo. La gente se divide en aquellos que nos enojamos y reclamamos, los que miran y no entienden y los idiotas de siempre. Esos que justifican a un Homero Simpson cuando dijo “el 99 por ciento de la gente es idiota. Por suerte, yo soy del 5%  restante”.

Esa parte de la sociedad que no está adormecida, como justifican algunos miembros de la patria periodística. Avala el fanatismo, la mediocridad y la entrega del país. Le encanta la libertad de mercado que impulsa este gobierno de ocupación. Le molesta las consecuencias, pero como tiene en la tele a Cristina corriendo por Comodoro Py, se conforma.

La libertad de mercado es la destrucción de la economía de los países que quieren desarrollarse. Solo sirve a los imperios proteccionistas. Esta falsa idea de libertad siempre fue perjudicial. En la década infame, en los 50, en los 70, en los 90, a principios de siglo y si querés en el siglo 19. Y para muestra un botón, para entender esta Argentina de remate y en remate encontramos en “Polémicas” de Arturo Jauretche el siguiente escrito:”casi contemporáneamente a la guerra de Secesión, la Argentina, en función de los principios, se había aliado a un imperio esclavista, el Brasil, para libertar a los ciudadanos de un país donde no había esclavos, el Paraguay, y que tan conforme estaban con el sistema del cual se iba a libertarlos que murieron casi totalmente sus varones en el más intenso exterminio que conoce  la historia de la humanidad. Ningún interés ni conveniencia argentina hubo en esa guerra en la que todas las ventajas fueron para el aliado esclavista. No fue, pues, el principio de la libertad el que nos guió como fue tampoco la conveniencia. Pero hubo un principio y fue el que proclamó el general Mitre en la recepción a los combatientes que volvían: “Habéis luchado por la libertad de comercio”. Ni siquiera esos principios son nacionales pues son los que interesan al que está detrás de las bambalinas… Y es así que un país que no tiene política nacional, es eso, una viuda”

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