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Anochecer de un día agitado-Por Gabriel Princip

 

Madrugada del 24 de marzo de 2016, la “Obama manía” está cesando. Desde la mañana el presidente norteamericano recorre distintos eventos entre calles vacías, escaso público y una cadena interminable de animadores mediáticos que hacen parecer a Obama algo así como una conjunción de Superman, Iron Man y Batman.

Anochecer de un día agitado. Todavía la Casa Rosada muestra solo banderas con barras y estrellas. El centro cultural Néstor Kirchner sirve y se sirve la cena de gala para el oscuro ejecutivo que acompaña al presidente argentino.

En la cena se juntan miserias, frivolidad, alcahuetería en grado sumo y sostenedores de un modelo excluyente. No existe línea afectiva sino una corriente hipócrita que comunica caras enjutas, con nerviosas sonrisas destacando vestidos, joyas, luces y sombras de un país con completa sensación de entrega y sumisión hacia la nación con mayor poder de fuego del planeta.

Un día antes, el Isis cobró otra venganza de nuestros visitantes en Bruselas. Ese mismo día Obama se despedía de Cuba para aterrizar en Argentina.  Aquí nuestras autoridades brindaron toda su entrega para que se sientan en  su casa. O sea, rodeado de policías, armas, calles desoladas y algún confundido con la banderita azul y roja saludando al imponente coche negro.

Todavía Obama se quedó pensando que no hay tumbas de desaparecidos simplemente porque no existen. Ya es 24 de marzo. Obama en el Parque de la Memoria, luego en Bariloche y las tumbas que mencionó no aparecen. Los  militantes populares se preparan para copar las calles porteñas recordando el inicio del genocida proceso. Los años de plomo vuelven a la  memoria argentina al tiempo que Macri se toma unos días de descanso. Obama, habló con los jóvenes, respondió cuatro preguntas en un simulacro de conferencia de prensa y todo el día estuvo en actividad mientras Macri se cansó.

Observando una plaza vacía, un museo lleno de presuntos oligarcas, medios copados por la sumisión  al imperio la pregunta es, ¿Cuál fue el error? ¿Dónde nos equivocamos para pasar en tres meses de un modelo inclusivo a un excluyente? ¿Qué pasó? Doce años hablando de la patria grande y en menos de 90 días hay gente que llora de la emoción por hacer una pregunta al responsable de siete guerras en la actualidad en el planeta. ¿Dónde fue a parar la palabra patria? ¿Por qué, al menos, la bandera argentina no acompaña a la yanqui? ¿Qué pastilla tomamos para olvidar el bienestar y justificar el desastre económico porque lleva solo  cuatro  meses en el gobierno?

Los fantasmas de Jauretche, Manzi, Discépolo, Arregui, Perón, Evita, Scalabrini, Macedonio, Claudio Díaz, Ugarte, sobrevuelan la Casa Rosada. Se arma una ronda, observan el espectáculo y tratan de entender que pasó con el pueblo argentino. No entienden como el 55´ se repite, no soportan el festejo sin sentido a un presidente yanqui. Un líder responsable de 50 chicos muertos y festejamos si su esposa usa un vestido claro o a rayas. Le decimos líder y a Maduro que no declaró ninguna guerra le llamamos dictador. En fin…Los fantasmas de la causa nacional siguen ahí. Los ojos de sorpresa es el común denominador cuando escuchan a Macri y a su esposa. No entienden, se amargan y resoplan.

La actividad de Obama ha sido incesante. El protagonismo del pensamiento nacional, nulo. El trabajo de los medios  para el sometimiento del inconsciente colectivo no cesó. Es el anochecer de un día agitado. Obama sigue trabajando y Mau en busca del descanso continuo.

Es 24 de marzo, los años de plomo han pasado, hoy en la opinión publicada sobrevive el pensamiento cipayo ejercido por la tilinguería nacional captando al otario y al medio pelo. En el pueblo no, ahí es dolor, sufrimiento, asombro, pero el pueblo,  todavía resiste con memoria y justicia.

 

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