ANDRÉS ASATO: Japoneses también desaparecieron durante la dictadura

Por Gabriel Russo.
El 45 aniversario de la última dictadura cívico militar sigue convocando voces diversas a los micrófonos de Comunas. Hoy es Andrés Asato, de ascendencia japonesa quien nos habla de los japoneses desaparecidos en ese periodo nefasto, y del libro de su autoría titulado «No sabían que somos semillas» que recoge las historias de las víctimas niponas y sus familiares. «Lo que más me impactó de esas historias fue la edad de esos jóvenes que vivieron en un contexto completamente distinto al nuestro» -significó Asato-.
Al pedirle detalles al respecto, Asato precisó:
«Sí, los hubo, fue un trabajo de muchos años el libro, y lo importante es -concretó- visibilizar esa historias, porque a veces hay prejuicios con los militantes y una coraza sobre esto y para los familiares que fueron la esencia del libro, era visibilizar las historias, más allá de todo subjetividad que se le diera al libro, era mostrar nuestras familias, como éramos en cuanto a la cultura japonesa-argentina».
«Fue un trabajo intenso, de muchos años -reiteró Asato-, pertenezco a la generación que no militó por edad, pero a través de la lectura es importante visibilizar esas historias, y a partir de esto tal vez vengan más profundas desde lo antropológico».
¿De todas las historias que recopilaste cuales fueron las que más te impresionaron?
«Lo que más me impactó -en todas historias que hay estudiantes, militantes políticos y obreros-, fue la edad de algunos compañeros que eran estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires que tenían simpatías políticas ideales, sueños. Me pareció importante trasladar esas historias a las nuevas generaciones, porque ellos vivieron en un contexto completamente distinto al que nos tocó vivir».
«El caso japonés era uno solo -respondió Asato al ser preguntado al respecto-, llegó a la Argentina con un año de edad, pero el resto la mayoría son descendientes de japoneses -como en mi caso de segunda generación- para mí por lo menos en el análisis del libro en la generación que ya estaba integrada, como todo proceso migratorio, que se sentía argentino /a y buscaba integrarse a la sociedad mayor».
¿En qué lugar de la política militaban los japoneses objeto de tu libro?
«Tenes un poco distribuidos en la Juventud peronista, del PC, dos chicos de la Usina de la Plata, por ejemplo».
Al ser consultado sobre el rugby, que fue el deporte que más desaparecidos tuvo, -más de un centenar-, Asato ofreció un dato saliente como es la presencia de la UAR, «en este 45 aniversario leí en un muro, que la UAR subió un mensaje en adhesión a los jóvenes de rugby desaparecidos. Es primera vez que me doy cuenta de este dato» -reconoció-.
Muchos de ellos eran montoneros que iban a las villas a enseñar, y como consecuencia de ello recibieron un tiro -aportó el entrevistador-.
Pasando al tema de la pandemia, ¿puede ser que en Japón han creado un Ministerio de la Soledad?
En tal sentido Asato sugirió contextualizar lo que se dice sobre Japón por un tema cultural: «siempre asociamos a Japón con el trabajo, la disciplina, la educación y si bien todo eso es cierto, siempre lo he tomado de los países capitalistas el más equitativo, una sociedad mucho más equilibrada en cuanto a acceso a tecnologías etc., señaló, y así como la veo, tiene esos matices como describió un colega (Julián Varsavsky, de Página 12), hay muchísimos datos alarmantes, como que haya 8 millones de casas vacías y que en 2065 habrá un millón de pueblos abandonados. Me llamó la atención porque es llamativo realmente».
«Ese Ministerio de la soledad tiene que ver con el Japón que no miramos, más allá el de la disciplina de punta, me han contado amigos y familiares que no tienen amigos, las amistades por cuestiones culturales no tienen una continuidad», -resaltó-.
Asato recomendó que se lea el comentario de Varsavsky, «tiene que ver con un capitalismo que se está viendo ahora, moderno, digital, tecnológico, emparentado por una cuestión cultural más arcaica de lo que se pueda imaginar, de cien años atrás, y esto es lo contradictorio y polémico y que el colega de Página 12 lo expone. Y la ley básica de prevención del suicidio que había aprobado el parlamento, -apuntó-, hasta donde Japón está preocupado por esto, pero a la vez presenta contradicción propia».
«Dos artículos abundan sobre esos temas, y para mirar no solo lo japonés sino el capitalismo que se está viviendo con el tema de la pandemia y la soledad que se agudiza con la carencia de empleos que también afectó a los japoneses en el último año. Y es uno de los países con más desarrollo laboral. Es interesante que lo aborden gente como los colegas, y esto rompe la mirada idílica que tenemos de Japón» -deslizó el escritor-.