Al revés

Por Gabriel Princip
De cara a las paso el oficialismo se ocupó de militar al FMI y no a sus acólitos. Las buenas noticias que emanaban del gobierno eran que había, hay y habrá acuerdo con el fondo, o sea malas noticias para el pueblo.
En el escaso tiempo que tuvo el gran Sergio para recorrer la provincia se ocupó más de atentar contra los opositores que entregar propuestas a los suyos. Como lógica consecuencia todo salió mal. Acordó con gente de Milei, y cuando pensaba ser el candidato más votado con Milei como segundo y la Malbec atrás lejos todo resultó como resultó.
Los viajes al país del norte ya no son tan seguidos, escuchó a Lula, que además le envió un
consultor que reemplazó al catalán responsable de cinco derrotas sobre seis, ah pero es
catalán, y de a poco las cosas comenzaron a cambiar.
De todas maneras, el efecto Milei se descontroló y es virtual ganador de las generales. Ya se
encuentra en segunda vuelta y la novedad es que la pato se queda afuera. El problema es que
en ballotage es muy difícil que el votante de juntos por el cambio se incline por el frente
renovador, perdón por Unión por la patria.
La máquina electoral la maneja a la perfección la derecha. Incapaces de colmar una plaza, pero
sí de ganar una elección. Mientras que aquellos que utilizan al peronismo, pero tienen aires de
progresistas no aciertan en como llegar al votante. Tampoco encolumnan a los dirigentes
todos.
Ante la pregunta a una diputada del espacio masista sobre si tenían ganas de ganar, la
respuesta rápida fue Massa quiere ganar. ¿Se olvidó de hablar en plural, aunque la duda que
queda es si realmente se olvidó o hay demasiado traidor en las fuerzas oficialistas?
Lamentablemente todo se hizo al revés. Ese que saldría tercero puede ser presidente, el
candidato del oficialismo no es el mejor y eso se paga, y la pareja gobernante tampoco aporta
nada para que un delirante no se haga cargo del gobierno. ¿Todo se hizo al revés, no le
parece?