
Diariamente los medios hegemónicos informan sobre la cantidad de enfermos y fallecidos. El gobierno eligió la salud antes que la economía y le fue bien. Alberto llegó hasta el 70 por ciento de imagen positiva. Pero la “amistad” con Rodríguez Larreta pudo más. Y el amigo le pidió abrir y abrir, con un solo objetivo: lograr el fracaso del gobierno. Toda la derecha imitó al amigo de Alberto. Consecuencia más de 20 mil muertos. Pasamos de aplaudir médicos y enfermeros a partirles la cara en una marcha porque reclamaban un salario digno. Y la amistad se rompió. Síntesis de una conducción socialdemócrata, sin aliados y sin resultados.
Las estadísticas son seres humanos, los 400 muertos de ayer o de anteayer, tienen nombre apellido, padres, amigos, madres, hermanos pero solo interesa la víctima cuando es cercano. Mientras tanto vamos en manada a un café o un restaurante que te cobra el doble porque no factura lo que pretende. Se dijo que se iba a apretar el botón rojo y no se hizo. La derecha reclamó para que no hiciera con el argumento que en Europa -por ejemplo- existe una libertad inteligente. En Londres hoy hay toque de queda, en Madrid está todo cerrado y confinado, Alemania no supera los 7 mil muertos, estamos cerca en cifras de Italia y España, y la libertad inteligente hoy es confinamiento inteligente, pero acá eso no se imita.
La derecha logró destruir el plan sanitario, la economía no es mejor ni peor que el resto del planeta, la diferencia radica en la falta de conducción. A un día de llegar el FMI, el ministro de economía otorga un reportaje en un medio opositor para contarle al periodista (Laje) todo lo que el FMI no quiere escuchar. Perón le hubiera susurrado al oído, muchacho, información secreto y oportunidad. La misma frase que debió haber empleado cuando hizo los anuncios la semana pasada. Baja tres puntos de retenciones para quedar bien y al mismo tiempo el campo se entera que la medida es temporal. ¿Había necesidad de aclarar? otra vez información, secreto y oportunidad.
Que a los miembros del gabinete le falta calle y peronismo no es ninguna novedad, que la conducción política brilla por su ausencia ya lo sabemos, lo único que no conocemos es cuando va a tomar el timón Cristina. Ella no hubiera abrazado a Macri, ni sería amiga de Larreta -no lo es-, ni de Morales, ni de todos los delincuentes que saquearon al país. El plan de la derecha de derrocar al gobierno está en marcha. Las diferentes operaciones de prensa dicen que el presidente puede ser Massa, Máximo o la corte suprema, todas operaciones. El peronismo conoce esto, pero todavía deja hacer, no actúa. Bien, es hora que el gabinete se embarre y la amistad con la derecha quede para los fines de semana en algún country. En el día a día debe conducir quién va a pagar el costo político si el gobierno fracasa, el peronismo.




