EE.UU.-Argentina: Cualquier parecido, es simple coincidencia

Por Margarita Pécora –
Joe Biden consiguió no solo seducir a millones de norteamericanos con la locuacidad de su frondoso discurso de este miércoles ante el Congreso de los EE.UU-, relacionando medidas transformadoras que impulsa su administración, también el demócrata que le ganó el sillón de la Casa Blanca a Donald Trump, demostró que está dando un giro importante en la política tanto interna como exterior de su país, y asombró con la similitud de acciones que llevará a cabo, algunas similares a las que ya son ley en la Argentina como es el impuesto a los más ricos y el Ingreso Familiar de Emergencia.
Podrá parecer una casualidad, pero el IFE considerado la mayor prestación económica de la historia argentina se emparenta, al menos en los objetivos sociales, con el «Plan de Familias Estadounidenses», la propuesta legislativa con un costo de aproximadamente US$1,8 billones que anunció Biden para ayudar a las familias a pagar el cuidado infantil. .
La extensión hasta 2025 del crédito tributario por hijos- que se asemeja al IFE argentino-, fue anunciado por presidente norteamericano visiblemente emocionado y aplaudido por sus seguidores demócratas, conociendo el impacto que significa para las familias más pobres ese crédito fiscal que «ayudaría a más de 65 millones de niños y a reducir la pobreza infantil a la mitad este año». También se propone mejorar el sistema de becas para estudiantes de bajos ingresos y proporcionar licencia familiar y médica pagada.
Desde luego que su mejor carta ha sido el enfrentamiento a la pandemia , y poder mostrar que ya han aplicado unas 200 millones de dosis de vacunas a la población del país que ha encabezado por más de un año la lista de muertos por el Covid 19 a escala mundial.
Simbólico y contrastante con la conducta misógina de su antecesor Trump, el presidente estadounidense se presentó escoltado en el podio, por dos mujeres; la vicepresidenta Kamala Harris y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi a las que extendió los brazos reclamando el aplauso de los 200 legisladores demócratas y republicanos convocados de manera reducida por restricciones de la pandemia, para hacer el resumen de sus primeros cien días al frente al gobierno y presentar sus ambiciosos planes para «traer a EE.UU. de vuelta».
Otra de las medidas de gran impacto social anunciadas fue el “Plan de Empleo estadounidense”, dirigido a incrementar la producción industrial y lograr sostenibilidad. En tal sentido sonó grato al oído el pedido de aumento del salario mínimo a US$15 la hora.
No dejaron de asombrar más medidas parecidas a las que aplica el gobierno de Alberto Fernández en la Argentina, como el impuesto a los más ricos. “ya es hora de que las grandes corporaciones y los más ricos de EE.UU que son un 1 %, paguen su parte justa de impuestos-dijo Biden, a propósito de lo que considera grandes fortunas que tienen que ayudar pagando con sus impuestos las inversiones públicas que están comprendidas en el plan de gobierno.
Para reforzar su propuesta, y sospechando la reacción que provocará entre los ricos de su país que les toquen sus fortunas, Biden sacó a relucir también que el 55 % de las grandes empresas pagó “cero” impuestos federales el pasado año y lograron 40 mil millones de dólares en beneficios, mientras muchas otras evadieron impuestos o se acogieron a beneficios por emplear a sus trabajadores en otros países.”Y eso no está bien”-expresó el mandatario estadounidense.
Otro de los ejes del copioso discurso de Biden fue el de la migración que proyectó con una perspectiva diferente a la que se han utilizado administraciones anteriores, ya que propuso invertir en las naciones centroamericanas para que las personas no sientan la necesidad de emigrar. A propósito, la vicepresidenta Harris ha sido designada para dialogar con los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador.
Como era de esperar , la política exterior ocupó un capítulo de su discurso donde se manifestó en contra de los gobiernos autócratas y advirtió que seguirá de cerca la disputa con China . En este marco Biden expresó que su país «resistirá las prácticas comerciales injustas» y tomará medidas para evitar «el robo de tecnología y propiedad intelectual estadounidenses». También advirtió a Rusia sobre lo que llamó la “interferencia en las elecciones estadounidenses”.
Sin embargo lo más llamativo en el plano de la política internacional, fue su anuncio de la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán, un gesto de todo punto de vista positivo frente a la sostenida beligerancia que ha mantenido EE.UU. en el Medio Oriente después del ataque a las torres gemelas del 11 de septiembre.




