RELACIONES

Por Gabriel Princip.
Pancho Ibáñez popularizó la frase “todo tiene que ver con todo” y esto es así. La semana pasada y así comenzamos las relaciones, la noticia que escasos medios mencionaban era que Macri estaba interesado en la compra de la hidrovía del río Paraná. En realidad el negocio era entre Máxima y Mauricio. Máxima es la Reina de Holanda, Holanda cofundadora del Club Bilderberg en 1954 junto a David Rockefeller. El actual presidente del grupo es Henry Kissinger, autor del Plan Cóndor, implicado en la muerte de Aldo Moro, de los escándalos en el Vaticano, promotor de cuanta dictadura exista en la Tierra y de la muerte de un millón de indochinos en los sesenta. Muy amigo de Domingo Felipe Cavallo. El ex ministro es agente para Sudamérica de la Comisión Trilateral, una corporación nacida en 1973 y prima hermana de Bilderberg porque Henry tuvo que ver en su conformación. En estas corporaciones supranacionales se alinean más de 100 mega-empresarios y los políticos más importantes de Estados Unidos y Europa.
El Mingo, muy amigo de Franco Macri y ahora de Mauricio. Tanto el ex presidente, como Techint y Clarín desean incorporarse al club presidido por Henry, pero por ahora no pueden -son latinoamericanos-, condición que los hace parias en estas sectas. Cavallo fue la excepción a la regla. De todas maneras estos grupos empresariales argentinos hacen buena letra. El pedido, siempre de Henry, es acortar los gobiernos populares para que la derecha conceda las riquezas a los grupos de poder.
Pero todo tiene que ver con todo. Massa también cultiva una amistad con Macri y fue el primer interesado en privatizar la hidrovía y para eso envió a Meoni -Ministro de Alberto- y este muy amigo de Sergio. Patricia Bullrich es soldado de Macri e inventó la manifestación contra Gildo Insfrán con un objetivo claro, comenzar a desgastar a los gobernadores que tienen que ver con la Mesopotamia. Todos los mencionados son amigos de Macri y este de Cavallo y por carácter transitivo de Kissinger, todos soldados del poder.
Henry es responsable del proceso militar y de la muerte de Allende, la Pato siempre fue doble agente, Mauricio entró en la embajada norteamericana en los inicios del siglo XXI para ofertar sus servicios al señor embajador, Elisa Carrió hace seis viajes a Estados Unidos por año -y nadie sabe porqué-, Elisa tiene un sueldo de IECSA, empresa de los Macri, Laura Alonso llega al macrismo desde una ONG estadounidense, esta organización es apadrinada por Paul Singer, ¿se acuerda?, el fondo buitre, todos bajo el paraguas protector de Bilderberg. Clarín cedió parte de su paquete accionario en el 2010 a Goldan Sachs para que maneje la parte política y lograr que Cristina no gane las elecciones del 2011. Goldan Sachs pertenece al Club Bilderberg. George Soros, otro integrante del club, compró y vendió -para lavar dinero- todos los shoppings porteños. Soros amigo de Macri y soldado de Henry. Cuando el bueno de Mau fue presidente, lo visitó Barack Obama. Desde 1991 que un presidente yanqui no visitaba la Argentina. Obama es secretario del club que preside Henry. Hoy la pandemia es la noticia, es el virus, quien nos brinda información es la OMS y el país de origen del virus es China. ¿Qué nombre y apellido une al covid, China y OMS?, adivinó, Bill Gates ¿y el bueno de Bill a quien pertenece?, otra vez adivinó, al Club.
En 1973, por primera vez se habló del Nuevo Orden Mundial. ¿Quién lo mencionó?, sí efectivamente Henry. Justo ese año que su jefe fundó la comisión trilateral. El Nuevo Orden Mundial promociona un gobierno único, con una sola religión, una sola moneda y menos gente en menos naciones. ¿De qué habla Bill Gates en los últimos tiempos?, sí, del Nuevo Orden Mundial, idea que también lanzó el presidente español. Ultima adivinanza, ¿Qué presidente español concurrió a las dos últimas reuniones del club? Sí, el actual.
Todo tiene que ver con todo. Por donde arranquemos siempre terminamos en el mismo lugar, en ese título donde culminan y realizan sus tapas y se expresan sus columnistas, los medios hegemónicos argentinos, adivinó otra vez: Cristina chorra. ¿O me equivoco?




