LOS INVICTOS

Por Carlos Galli.

Los periodistas deportivos, «especializados» en fútbol, siempre son invictos. Son como los meteorólogos, que dicen que puede llover o no.

Se creen los dueños de la verdad absoluta. Expresan tener primicias, diez minutos lo vieron o lo escucharon en algún medio de comunicación, que generalmente pertenece a los grupos hegemónicos. También suele ocurrir que buscan en internet, y lo dan como una data de una fuente confiable. La mayoría son figuritas repetidas, que van de canal en canal, o de radio en radio, según las propuestas o los anunciantes que los acompañan, por entender o creer que son inmaculados.

Nunca se animan a decir de qué equipo son hinchas, para no perder la pauta publicitaria, o para no cerrarse la puerta en ningún medio, sacando algunas excepciones, que son las menos. Cuidan su quintita, y tienen pánico de alzar sus voces, por temor que se enoje el medio para el cual trabajan, o escribir una línea de más, que disguste a los poderosos.

Depende como se barajan los naipes, apoyan a la AFA, o si conviene más, hablan loas de la Liga Profesional de Fútbol.

Un viejo relator, ligado a la última dictadura militar, decía: «fútbol pasión de multitudes». Es una de las pocas verdades que salían de su boca. La pasión, a pesar de la pandemia y con estadios vacíos, sigue intacta.

Los periodistas que viven del deporte colectivo más apasionante del mundo, sean relatores, comentaristas, o de gráfica, con su hipocresía, sin querer o a sabienda, desmiente al más grande, EL DIEGO, que dijo: «la pelota no se mancha». Estos señores, muchas veces la ensucian y de los gajos, de la mejor amiga del Diego, brotan algunas lágrimas de dolor y de bronca.

Hace unos días, muchos querían voltear al técnico de la Academia de Avellaneda. Pero Juan A. Pizzi metió cuatro triunfos consecutivos y les tapo la boca.

Desde hace un par de meses, quieren hacer lo mismo con Miguel Ángel Russo, técnico de Boca.

Se rasgan las vestiduras, elogiando al Muñeco Gallardo, y algunos hasta tienen el tupé, de decir sin sonrojarse, que es el mejor técnico del mundo y lo piden para la Selección Nacional, sin importarles que «suerte» pueda correr el técnico actual.

Hay muchos que entre líneas, también se atreven a hacer política berreta, sea para un lado o para el otro.

Mientras existamos los hinchas verdaderos, los que no hacemos negocio, los que amamos una camiseta, el fútbol no va morir nunca y tampoco lo van a poder matar.

Los periodistas partidarios, también hacen lo suyo. A veces siguen la campaña de un equipo, y ni siquiera simpatizan con los colores, pero si ven el buen negocio.

No son equilibrados, porque en una misma jugada, para algunos es tarjeta roja y para otros, ni siquiera fue foul.

Para unos, mano dentro del área es penal, para los más escépticos, fue casual.

Podría seguir, me aburriría con más ejemplos.

El fútbol está vivo. Pasaran los años y seguirá en su esplendor.

El fútbol es pasión y amor incondicional.

Los periodistas especializados en fútbol, bla, bla, que siempre algo queda.