EL PODER

Por Dany Wilde.
La gestión peronista K pudo llegar al 2015 porque el imperio se distrajo con la caída económica y las hipotecas que desangraron a los Estados Unidos. Ni bien tuvo signos de recuperación el presidente Barack Obama puso manos a la obra y al peronismo donde quiere el sistema, fuera del gobierno.
Permitió que un corrupto, hecho y derecho, como Macri llegara al sillón de Rivadavia, total era un buen cadete para los fines que perseguían los yankees: la recoloniza ción de América Latina. Así las cosas, Macri asumió con 254 causas y dos procesos rumbo al juicio oral, -fue el único presidente de la Argentina que asumió procesado-. Ningún medio hegemónico cargó las tintas sobre el mamerto ni el poder judicial. Una semana más tarde, Macri estaba más limpio que un detergente. Eso es el poder.
A Cristina la llenaron de causas inexistentes. Y Macri pudo gobernar un rato y saquear cuatro años a pedido de sus amigos, locales y externos. Endeudó a más no poder, batió el récord de presidente en vacaciones, destruyó la clase media y la dupla medios-justicia fueron cómplices permanentes de la peor gestión de la historia argentina.
Por esa razón Cristina volvió en modo vicepresidenta. Pasó un año y todavía la justicia la acorrala con causas que sirven más para una comedia que para la justicia. Ese es el poder.
No obstante, Cristina se plantó frente a los miserables ñoquis de lujo que constituyen los integrantes de la justicia argentina. Además de los alcahuetes de “TN” y de “La Nación Más”, alguien puede salir a defender al poder judicial. No vale la aclaración que no son todos los jueces, fiscales y abogados corruptos. Hay una selecta minoría que maneja coimas y contactos con el poder y también existe una miserable mayoría que mira para arriba, hace algún comentario radial pero a nadie se le ocurrió hacer una marcha o una huelga por la falta de honestidad en el Poder Judicial.
En los 70 fueron los milicos y los presidentes del siglo XX no pudieron, ni supieron como levantar el país. En el siglo XXI, luego de los K llegó el Poder Judicial para postrar al país en el marco de una política global en referencia al continente. Tanto es así que hoy el segundo presidente más corrupto del planeta al saber y entender del “Washington Post” recorre las canchas del mundo para entretenerse mientras que el peronismo que siempre gobierna después de las catástrofes liberales no sabe si su líder terminará presa por alguna expresión en su rostro. Hoy los medios descalifican al peronismo por su saludo, su piel, o su pelo y no cuestiona a la derecha que avanza sobre los bolsillos argentinos con total impunidad. Eso es el poder. ¿No le parece?




