HERMINIA

Por Gabriel Princip.
En la recta final rumbo a las elecciones de 1983 Herminio Iglesias, sin saberlo, selló la derrota del peronismo bien a su estilo, con una bravuconada. El candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires minutos antes de culminar el acto despedida de la campaña tomó un cajón de cartón y simulando el entierro del radicalismo y con ello la derrota -el 30 de octubre- le prendió fuego. Parte del público aplaudió la estupidez de un Herminio acostumbrado a este tipo de metáforas. La mayoría de la gente presente en el acto no podía dar crédito a sus ojos. Las consecuencias del cajón encendido fueron la derrota del peronismo y el acceso al poder de Raúl Alfonsín. Esto fue 17 años antes que culminara el siglo 20. El sábado pasado, 21 años de transcurrido el siglo 21 los militontos de Patricia Bullrich simularon cuerpos fallecidos y envueltos en plástico de color negro de varios dirigentes oficialistas para graficar el error del ministro de salud con respecto a la vacunación de famosos que se colaron en la fila.
La responsable de tamaña estupidez fue la presidenta del Pro, la montonera Bullrich, la misma que se aburrió de colocar bombas y matar a los abuelos de los que son hoy sus seguidores, la misma. Quien se encargó de llevar a cabo la pieza mortuoria fue Inés Liendo, nieta de Tomás, presidente de facto por 20 días en épocas anteriores a Leopoldo Galtieri y quien acompañó a este coro de odiadores fue el diputado Francisco Sánchez. Alguien que cobra un enorme sueldo por no ir a Congreso, por no trabajar y cada tanto utiliza a los medios para hacerle entender a la sociedad que solamente el odio es quien debe comandar los destinos de esta nación. Inés Liendo tiene a quien salir, su abuelito fue protagonista de la mayor tragedia argentina y hoy incita a unos militontos a disfrazarse de argentinos para convalidar la obra de su antepasado de la mano de la asesina de los pares de su abuelo. En verdad, un cachivache.
En 1983 un acto similar a la de la montonera y hoy casi procesista costó la elección a Ítalo Argentino Luder, alguien no peronista como el actual presidente. La gente de esa época quizás no generaba tanto odio como la actual. Para eso estaban los militares. 38 años después cualquier insulto, noticia falsa y agresión es buena para ser transmitida por los medios de comunicación y provocar aún más la división entre argentinos para que un gobierno popular deje la Casa Rosada.
Patricia Bullrich, desde su oligarquía, solo integró gobiernos de derecha. Para ello tuvo que infiltrarse en movimientos populares y hacer lo que siempre hizo bien, delatar, entregar y traicionar. Fuentes confiables declaran que trabaja muy cerca de los servicios de inteligencia israelíes, su amiga Carrió hace lo propio pero con los americanos, ambas en nombre de la honestidad, la paz y la libertad llenan sus bolsillos a costa de la democracia argentina y destruyendo un país que no les pertenece. En 1983 fue Herminio, en el 2021 es Herminia, ambos marginales de la política. ¿No le parece?




