YO ME VACUNO, TU TE VACUNAS, EL SE VACUNA

Por Dany Wilde.
En estas horas el conflicto por la vacuna que acaparó el fin de semana está llegando a su fin. Todo sirve para la oposición, pero si son hechos menores que la prensa amiga y canalla puede magnificar, mejor.
¿Es más importante la vacuna a un periodista que los muertos en el submarino? ¿Es más trascendente la dosis a un político que el saqueo en cuatro años?, ¿o las vacunas que dejaron vencer en el gobierno macrista o las de Olavarría que se estropearon? Cualquier persona sensata diría no. Aparte los ministros macristas a cargo de semejantes conflictos renunciaron todos, ah ¿no renunciaron? Se burlaron de nosotros ¿y que hicimos nosotros? nada. ¡Mirá vos! Pero cuando volvamos seremos mejores, por esa razón a Ginés debemos fusilarlo.
Para que no se mal entienda estoy ironizando, ¿pero vamos a seguir contando costillas a los integrantes de los gobiernos populares y al enemigo histórico lo perdonamos porque no esperamos nada de él? Si seguimos en ese camino nada cambiará y como dicen los pibes “el futuro está en Ezeiza”.
El peronismo entregó sin piedad a la ministra Miceli por el mismo caso que Gabriela Michetti sonrió y siguió su vida. La Cámpora, en diputados, no tuvo ningún problema en entregar a Julio De Vido, hoy se rasgan las vestiduras por los presos políticos. Ni el PJ, ni Alberto dijeron ni dicen nada por el trabajo de Sergio Massa en Jujuy junto al gobernador Morales. El mismo que encarceló y mal a Milagro Sala. Es más, en el caso de Massa se planifica una fórmula con Máximo para dentro de dos años que supla a Alberto Fernández. Entonces ¿podemos parar con la ética, la moral y las buenas costumbres? Macri no renunció a ningún ministro a pedido de la oposición ni Clarín, el peronismo sí. Macri no entiende si la palabra ética se escribe con o sin hache pero siempre la pronuncia en los discursos, el peronismo la utiliza como herramienta para ganarse a la clase media y jamás lo logra.
Esto recién empieza, pero es hora de cambiar el rumbo. Y esto consiste en defender a cada integrante del equipo, olvidarse de aquellos que no te votan, trabajar para esos que militan y militaron por vos y de vez en cuando tirarles un centro. Hoy Alberto es un macrista asintomático pero si se aísla es probable que deje el discurso alfonsinista, la prédica liberal y se convierta al peronismo. Como dijo alguien “hace falta más peronismo y menos alfonsinismo”. ¿No le parece?




