UN GOBIERNO DÉBIL

Por Gabriel Princip.
Discutir la operación política que organizó el siempre servicio Verbitsky es parte del pasado. Ya no tiene sentido. Uno de los mejores dirigentes sanitaristas del peronismo que no quería aceptar el cargo por razones de edad se retira echado y con problemas judiciales gracias a su amigo que lo utilizó y a su falta de comprensión del momento que vive el mundo hoy.
Claro que no hubo escándanlo cuando el intendente de Olavarría y el gobierno de Catamarca estropearon 400 vacunas. No es lo mismo que 10 vacunados vip que tirar por la borda 400 vacunas. Por supuesto que Ginés no tuvo ni tiene ningún negocio con los parques eólicos, ni deuda externa, ni blanqueo, ni correo, ni ningún acto macrista, eso sí vacunó a un servicio de inteligencia tan viejo como mentiroso.
Es un gobierno débil de Alberto Fernández que no da respuesta a una población en lo económico ocupándose de lo sanitario alcanzando un regular apenas. Demasiados muertos para un verano y demasiados enfermos para un país que no llega a los 50 millones de habitantes. Mientras el porcentaje de fallecidos sobre contagios en casi todo el mundo salvo Estados Unidos y Brasil, es del 2 por ciento, en esta tierra llega al 2,5.
Esta sociedad de la mano de los medios que le pidieron, y la obtuvieron, la renuncia del Ministro tuvieron algunos olvidos en el anterior gobierno. No renunció Aguad cuando se hundió el submarino -más de 40 muertos-, la mentira presidencial y el gasto millonario en búsquedas inútiles no alteraron a los medios. Tampoco renunció Laura Alonso cuando con total desparpajo, admitió que no investigaba a la gente de su partido. La montonera Bullrich miró para arriba cuando fue responsable de la muerte de Rafael Nahuel. La Píparo sigue en su puesto a pesar de atropellar pibes inocentes. No renunció Garavano cuando se denunció que recibía a delincuentes en su despacho, menos lo hizo Triaca utilizando planes y sindicatos para su cuestiones personales. Tampoco se tocó a Bergman ni a ningún Caputo. Nada se dijo de los baldíos donde vivía Dujovne ni de las 4 mil vacunas que dejó vencer el secretario de salud Rubinstein, el mismo que califica hoy a Ginés. ¿Alguien le pidió la renuncia a Michetti por los bolsos de dinero?, lo mismo que le pasó a la ministra K y pagó con la prisión. ¿Se sabe algo de los aportantes truchos de Heidi, del blanqueo de los Macri y sus papeles de Panamá? ¿Larreta tuvo una nota en contra con el sobreprecio en los barbijos? no. O sea, dejemos de hablar de moral ¿Puede ser?
Si somos un gobierno muy débil donde el costo lo paga el peronismo y los salarios se lo llevan los progres y radicales. Si estuvo bien o mal el despido de Ginés depende del contexto. Si Macri no hubiera existido, estaría bien, pero con Macri como exponente de la corrupción, Ginés no fue defendido por su presidente y fue entregado por su amigo el perro.
Repito es un gobierno débil con demasiados voceros que invierten capital político y económico en el enemigo. Arturo Jauretche es digno de citar en esta ocasión cuando dijo: “los gobiernos populares son débiles ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en la sombra y el vendepatria se horroriza ante las sisas de la cocinera”.
El presidente es Alberto Fernández, el más débil después de Fernando De la Rúa. Es el mismo que otorga 1.200 millones de pesos anuales a Clarín siendo este el principal proveedor del Estado cuando Cristina lo ubicó en los últimos lugares. Digo esto porque el agente Verbitsky también denunció al número dos de Clarín para vacunarse con Ginés y si al ministro lo echó como un perro al menos sáquele la pauta a Clarín. Una utopía pensar que el alfonsinista presidente tome las riendas y conduzca el país. Qué razón tenía Jauretche, ¿No le parece?




