Vivencias y enseñanzas personales
Por Carlos Galli.
Trabajaba hace años en DIARIO PERFIL. Tenia un director de Recursos Inhumanos, que sencillamente me odiaba por mi ideología política.
En la editorial teníamos un gran comedor.
Un día iba con mi almuerzo en una bandeja. No había lugar en la mesa junto a mis compañeros y compañeras, y me senté donde estaba almorzando este nefasto personaje que tenia el ridículo cargo de Director de RR.HH., me senté y me dijo: Sr. Galli, ¿usted no sabe que los «cerdos» no comen con las aves?. Le respondí sin dudar, señor no se preocupe, yo ya me voy VOLANDO.
Pasaron unos meses y este individuo impresentable me quiso pasar factura por aquella respuesta que le dije en el comedor de la empresa. Dio una charla referente a su área.
Hacía diferentes preguntas a los periodistas que estabamos en el Centro de Conferencias. A mi me hizo el siguiente interrogatorio: ¿Sr. Galli, si usted va caminando y ve dos bolsas. Una llena de dinero y otra repleta de sabiduría, cual se lleva?
Le contesté en forma inmediata: «la bolsa de dinero», y el impresentable me expresó: «viniendo de usted me lo imaginaba… En su lugar me hubiera llevado la bolsa repleta de sabiduría». Le respondí con sumo respeto: «cada uno se lleva lo que NO TIENE».
Que deja esta anécdota o experiencia personal.
Si te agreden u ofenden, y permitís que hieran tu corazón, te va a herir. Si respondés con altura y capacidad dialéctica, esas ofensas y agravios vuelven al que te las hizo.
Al que quepa el poncho que se lo ponga y sino, que agrande el agujero.
