
La masonería es una institución mundial de carácter filantrópico, con una rotunda armonía jerárquica. Para muchos, humanista, pero a la vez, con cierto tufillo sectario.
Sus miembros aseguran que el objetivo es la búsqueda de la verdad, el estudio de la conducta humana, de la ciencia, el arte y el desarrollo social y moral de la evolución de la raza humana.
Esta hermandad o «secta», nació en Europa a principios del siglo XVII. Estaba basada en el simbolismo de la construcción.
La historia de la masonería presenta, sin dudas, enormes disidencias.
Sus símbolos principales son, el compás, considerado por sus miembros, como emblema de las ciencias exactas y el espíritu. La regla simboliza la rectitud y la escuadra, símbolo de la materia.
Muchas personalidades, pertenecieron a la masonería argentina, incluso llegaron a la Presidencia de la Nación, como por ejemplo, Bernardino Rivadavia, Hipólito Yrigoyen, Figueroa Alcorta, entre otros.
En la masonería, el numero tres, es una cifra clave en el trabajo masónico y el setenta y dos, es el numero fundamental en el esoterismo avanzado. Este ultimo número, lo toman del Antiguo y Nuevo Testamento, más allá que la masonería, claramente no es una institución religiosa, ni una doctrina mística.
Pregunto:
¿Es una hermandad o una secta?
Que cada lector saque sus propias conclusiones. Sea una hermandad o una secta, ambas son respetables, siempre que se respeten los valores éticos y morales y donde no se «laven» los cerebros de ningún ser humano, que sin dudas, es el dueño de sus propios pensamientos y de su propia libertad.




