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Opinión

En Venezuela el Tío Sam y la UE se dieron con piedra en los dientes.

Por Margarita Pécora  B. –

 

Finalmente,  el presidente en retirada  de los EE.UU, Donald Trump y  su  cofradía de amigos de la  ultraderecha  venezolana que ha recibido apoyo  mediático y financiero  para boicotear  el poder en Venezuela, están  saboreando por estas horas  el  amargo de la derrota.

A pesar de la pandemia,  a pesar de  EE.UU y de la Unión Europea, el chavismo  encarnado en la figura de Nicolás  Maduro  recuperó  el  poder  de la Asamblea Nacional y ahora tiene el gran desafío de demostrar al mundo, si de veras puede  poner  a ese país en el sendero del desarrollo en esta “nueva era” que Maduro promete desde  el Palacio de Miraflores.

Se puede estar a favor o en contra de la compleja situación política que vive Venezuela, pero lo que sí no debe ignorarse  es  la fuerte presión  que ha ejercido Estados Unidos  y el sistema financiero internacional  sobre  ese país para sabotear su economía, ni  olvidar  que las  reservas petroleras más grandes del mundo son venezolanas. Demasiada tentación…

No solo  Trump se dio con piedra en los dientes en estos comicios legislativos, que dejan desorientado   al   consentido “presidente encargado” Juan Guaidó;   también  los jerarcas  primer mundistas  de la Unión Europea  que  auparon  a  Henrique Capriles,  otro de los  más férreos opositores del chavismo;  se  ha sumado  al concierto  negacionista  que  intenta desconocer  el resultado electoral, conseguido, aún con baja participación   de votantes (un 31 % del padrón lectoral), pero con el mayor número  en el Gran Polo Patriótico   que encabezó el Partido Socialista Unido de Venezuela,  a fin de cuentas el ganador.

Ya sea por el boicot  opositor  al proceso eleccionario, o por   la  falta de confianza de la ciudadanía  en  la política,  el Parlamento venezolano  quedó en manos del oficialismo.

Los titulares de las Agencias de  Noticias más renombradas del mundo, al referirse a las elecciones parlamentarias,  subrayan que fueron marcadas por  una “masiva abstención”,  y usan la frase de “cuestionadas elecciones”, destacando  que  “18 países americanos  las calificaron como” fraudulentas e ilegales”

Lo más decepcionante,  sin embargo, es que países de la región  como la propia Argentina, México y Bolivia conocedores de  la brutal política de acoso  imperialista contra Venezuela  y la escalada de agresiones  perpetradas a través de Colombia ;  hoy callan   mostrándose “escépticos” o demasiado cautos   para  reconocer  el resultado electoral de un país  que   tiene  la desgracia,  lo que debería ser una suerte, de contar  con las reservas petroleras más grande del mundo,  motivo de la  política rapaz que   ha sufrido en carne propia  el pueblo venezolano.

Recordemos que  Trump dictaminó  una orden ejecutiva amparándose en un decreto previo de Obama contra la economía venezolana, que  persigue impedir  el relacionamiento de Venezuela con socios privados estadounidenses, al tiempo que restringe  el cumplimiento de los pagos de deuda externa, y las posibilidades de refinanciarlas. Cancelaciones  unilaterales de contratos  de corresponsalías  bancarias  en contra  de Venezuela,  bloqueos  a pagos   de alimentos y bienes  básicos, son  algunos ejemplos, que  repercuten  en las  sanciones también  de la Unión Europea y Canadá contra  Venezuela, prácticamente aislada del Mercosur.

Algunos analistas se percatan de la  postura ambigua   del gobierno y la Cancillería argentina respecto  de Venezuela, y   surgen todo tipo de conjeturas respecto de no enemistarse con Estados Unidos recociendo a Venezuela,  para que no se enoje  el imperio con Argentina que está buscando arreglar sus cuentas  lo mejor posible con el Fondo Monetario. En esta juagada,  dio un traspié  decepcionante  el Canciller Felipe Solá  inventando  un diálogo que dicen que  no  sostuvo realmente con el  presidente electo de los EE.UU. Joe  Biden.

Con estos vaivenes y actitudes ambiguas, la política  exterior argentina no  hace menos que mostrar un  lado oscuro de su rostro, que no quisiéramos ver  ni en pintura.

Lo cierto es que, mal que les pese a muchos, el gobierno de Nicolás Maduro  rescató el poder del Parlamento,  y buscará  acuerdos legislativos para  abrir   negociaciones  con Rusia, China, Irán, Turquía  y Cuba.

Sacar  al país de la crisis  en este  venidero 2021 de pos pandemia, será sin dudas la   colosal meta de  Venezuela. Esta vez  Maduro no tendrá ningún tipo de excusas.

 

 

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