
Bill Gates anticipó, en setiembre pasado, que en el verano yanqui del 2021 todo va a concluir. También, en el 2019 anunció el Covid-19, antes de que se presentara en sociedad. Demasiada información para alguien inocente. Hace pocos días también declaró que la nueva vida a partir del 2021 será sin tantas oficinas para trabajar, un distanciamiento social impuesto, y una vida más sana y lejos de la metrópoli.
También dijo este empresario hace unos años que: “tenemos superpoblación. El mundo tiene casi 7 mil millones de habitantes y se dirige hacia los 9 mil millones. Ahora, si hacemos un gran trabajo con las vacunas, atención médica y servicios de salud productiva, podríamos reducir la población en un 10 o 15 por ciento”.
Fuertes declaraciones para un hombre dueño de cinco laboratorios, uno en Wuhan-China, que es el mayor aportante en la Organización Mundial de la Salud y que no permite que sus hijos se vacunen. Agreguemos que pertenece al grupo Bilderberg donde Henry Kissinger es presidente, Barack Obama su secretario y el grupo Rockefeller su dueño.
Ellos integran el poder real. Alguien del mismo grupo -Ted Turner-, dueño de la CNN también dijo: “precisamos reducir la población a 2 mil millones y tener una política de un niño por familia por 100 años”.
En la década del 90 David Rockefeller afirmó: “Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una gran crisis y las naciones aceptarán el nuevo orden mundial”.
Este nuevo orden es volver el planeta a tiempos donde no existía la nación. La idea es regionalizar los territorios, dividir cada país para tener el control absoluto del mundo.
Henry Kissinger, premio Nobel de la Paz dijo: “Sí, mucha gente va a morir cuando se establezca el nuevo orden mundial, pero será un mundo mejor para los que sobrevivan”. Cierta razón le cabe al ex socio de Noam Chomsky. Se sabe que para el año 2044 las redes serán gratuitas, el hombre comerá carne cultivada, la energía dejara de ser un problema y aquellos que sobrevivan tendrán más tiempo libre.
En este orden de frases poco felices de la oligarquía mundial no podemos olvidar a Christine Lagarde cuando expresó: “los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo y ya”.
En síntesis, todos hablan de menos gente, todos hablan de menos gasto, todos hablan de mayor confort pero, para los que quedan. Se sabe que en 35 años trabajará un tercio de la población, que la gente va a abandonar la metrópoli, que el holograma nos va a reemplazar en algunas citas y que la carne no será animal. Entonces, con estos datos ¿Alguien duda que la pandemia actual fue preparada y armada, o acaso miento?




