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Opinión

LA OLIGARQUIA, SIEMPRE LA OLIGARQUIA.

Por Dany Wilde.

La oligarquía todavía detenta el poder en la Argentina. Alberto Fernández se mueve en la disyuntiva de tratar de gobernar un modelo nacional y popular pero sin ofender a las mil familias que controlan el aire que respiramos.

Néstor y Cristina al menos se le plantaron y Perón pudo diferenciase de esos guerrilleros económicos de alta gama. Antes del proceso, la más rancia oligarquía se visibilizó en la década del 30. Cuenta José Pablo Feinmann que: “el diario de Botana, Crítica, titula para la posteridad, no de Uriburu, sino del periodismo argentino: “Hoy, en París, Justo es un general algo entrado en carnes que siempre sonríe porque, cada vez que vé una cámara que lo enfoca, dice cheese. Otra vez la oligarquía en el poder. Justo reúne a una serie de fuerzas políticas que se dan el nombre de Concordancia. Concordaban, sobre todo, en que la chusma no votara. Si no podían prohibir explícitamente esa paparruchada democrática (la frase es de Leopoldo Lugones) que entre Sáenz Peña e Yrigoyen había surgido para reconocer a los pestilentes inmigrantes, al menos impedirían su expresión en las urnas por medio del fraude. Al ser ésta metodología la que habría de conseguir la pureza del sufragio, al ser el instrumento idóneo para expulsar a los analfabetos y a los pobres de las decisiones axiales de la nación, la llamarían fraude, que es lo que era, pero patriótico. Nace así la frase esencial de la década, una mezcla de cinismo y espíritu lúdico, nace el fraude patriótico. Se sabe: el escritor nacionalista José Luis Torres llamará a esa temporalidad de la patria década infame. No vivió otras como para comprender su exageración. Justo heredó la picana que había inventado el hijo de Lugones, la usó intensamente, como antes Uriburu, que fusiló también a Di Giovanni, pero no hizo desaparecer a treinta mil personas. Lugones padre, en Lima, en el aniversario de la batalla de Ayacucho, rindió homenaje a la espada. Su hijo, en los sótanos de las cárceles, tradujo la espada lugoniana en picana eléctrica. Años después, en 1976, en Chile, Borges uniría las espadas de los dos Lugones, al decir invitado por el general Pinochet, “agradezco a Chile haber enseñado a mi país como se lucha contra el marxismo”. Y también dijo Borges: “prefiero la blanca espada a la furtiva dinamita”. Estrechó la diestra del verdugo chileno y perdió el Premio Nobel. Por su macartismo bobo de señora gorda y por haber preferido la espada de Lugones a la dinamita de Alfredo Nobel, que la había inventado y -con las regalías que le dio- tuvo la interesante idea de inventar el premio que lleva su nombre, porque él, con todo derecho, se lo puso”.

Pero es la oligarquía siempre la oligarquía la que dispone de nuestros destinos. Con sus infames lacayos crean pobreza y destrucción mediante el odio de antes y la grieta de ahora para que los desclasados y clases medias sean funcionales y le permitan establecer el control.

Perón en sus clases de conducción política solía citar a un legislador espartano. Era Licurgo y había dicho: “cuando los destinos de Esparta se deciden entre dos bandos es tan inaceptable no estar en ninguno como estar en los dos”. Esta ausencia del tercero permite el desborde vital del binarismo del odio. O se crean opciones diferenciadas, que puedan al menos pensar al margen del odio, o el futuro se presenta oscuro y repetitivo.

Por ahora el futuro es oscuro y repetitivo porque la justicia y los medios hegemónicos en general trabajan y provocan la deshonestidad intelectual en los componentes de la opinión publicada. Hoy el hombre que cree pertenecer a la clase media y no lo es, si es funcional a la oligarquía que antepone la grieta ante cualquier formato de unidad para el bien de la patria. Por eso los medios atacan las usurpaciones de los pobres pero destacan la de los ricos en Costa Salguero y terrenos para la realización de countries. Los planes sociales tienen mala prensa pero son útiles cuando le sirve al ciudadano para comprar un auto. La grieta divide a los delincuentes de guante blanco que saquearon un país de aquellos políticos que trabajaron por las mayorías y son tildados de ladrones por Google, una empresa del grupo Rockefeller. Por eso, las mil familias por ahora siguen gobernando, ¿no le parece?

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