Estados Unidos contra las cuerdas, jaqueado por China y Rusia

Por Margarita Pécora –
Un nuevo imperio podría muy pronto dominar el mundo. Es un país que emergió de un modelo socialista que sacó de la pobreza a 500 millones de personas, para convertirse en un gigante del mercado, superando hoy a Estados Unidos. Obviamente se trata de China. Para nadie es un secreto el diferendo económico entre China y Estados Unidos y el clima de tensiones que el posicionamiento comercial del gigante asiático, ha causado en Washington, donde hoy se le considera el mayor enemigo.
Esto ha dado lugar a una guerra fría y amenazas reales de Estados Unidos a China, con acciones económicas , amenazas militares y de ruptura de relaciones diplomáticas incluso, mientras que la potencia asiática, conforme a su cultura, responde con más astucia; multiplicando los tratados de cooperación y las inversiones por diversas partes del mundo, especialmente en América Latina.
Ya durante su campaña electoral, Donald Trump, amenazaba con elevar los aranceles comerciales a los productos chinos hasta un 45% respecto al valor de la mercancía con la esperanza de que los procesos de producción regresaran a su país y con acusar a China como un país manipulador de divisas.
La Administración Trump se ha mostrado hostil con China culpándolo de la pandemia del Covid-19, y utilizando como bandera de su campaña el problema del empleo: dejando ver en sus mensajes que ‘China le ha quitado puestos de trabajo a los estadounidenses”.
Rusia, es otra potencia mundial que aparece con fuerte rol protagónico en el escenario mundial. Es el otro gigante, con Putin al volante catalogado como el hombre más poderoso de la Tierra, al decir de algunos analistas que siguen de cerca la estrategia de la política internacional que emplea el mandatario ruso.
Frente a la pandemia se ha visto a Rusia y China cooperando por la vacuna con acuerdos firmados; en cambio, EE.UU. , fiel a su pensamiento militarista y de gendarme mundial, se ha estado ocupando en ofrecer a Rusia prolongar un tratado nuclear , que el país de Putin no acepta. Y Estados Unidos insiste en la participación de China, porque cree que el programa nuclear de ese país está creciendo velozmente, pero las ojivas que tiene China- según fuentes especializadas en el tema-, son apenas una fracción en comparación con los arsenales de Rusia y Estados Unidos.
Rusia ha dicho que el llamado de Estados Unidos a una congelación de los arsenales nucleares de ambos países «es una proposición inaceptable» para Moscú.
Así que ni Rusia ni China van a aceptar las condiciones que quiere imponerles Donald Trump en ese Tratado, mucho menos sabiendo que el presidente norteamericano, está desesperado por llegar con algún logro de peso, a las elecciones presidenciales este 3 de noviembre.
Los gobiernos de China y Rusia condenaron las amenazas de Estados Unidos de extender el embargo de armas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a Irán, pues indicaron que Washington no puede hacerlo luego de haber abandonado el acuerdo nuclear con Teherán.
Pero el motivo más fuerte de la beligerancia estadounidense contra China, está en el poderío económico que ha conquistado en las últimas décadas. Según el análisis de la especialista en el tema Gladys Hernández, “Todo parece indicar que, a pesar de las bravuconadas de EE.UU., China puede emerger como la potencia ganadora, aunque aún resulta muy difícil prever los costos, sobre todo si se desata un conflicto militar.
Las autoridades chinas tratan de aumentar su influencia en Asia mediante el desarrollo de los lazos económicos y de cooperación con el mundo, mientras que la Administración de Trump pretende incrementar su influencia a través de la exacerbación de las tensiones militares.
Cabe destacar la Iniciativa china con la “Ruta de la Seda”, que promueve la reconstrucción de la antigua ruta y la creación de una ruta marítima paralela, simultáneamente fortaleciendo los vínculos económicos entre los países, fundamentada en la cooperación, la conectividad y el desarrollo económico y social de todas las naciones que ya participan de la Ruta.
En contraste, EE.UU. propuso un aumento significativo de gastos militares en el sureste del continente asiático. Lejos de avanzar en tratados para ayudar a los países pobres del continente, Estados Unidos se presenta como gendarme mundial, recrudeciendo las sanciones económicas contra los gobiernos populares y financia operaciones para desestabilizarlos. China y Rusia, no están en esa sintonía y esto es lo que marca la gran diferencia.
CHINA EN ARGENTINA
Pero no siempre la expansión China hacia países de América Latina como la Argentina, es bien vista por algunas autoridades, sobre todo ambientalistas que se anticipan a advertir el peligro de contaminación o de pérdida de soberanía en materia medioambiental, además de poner el centro en la concentración de riqueza del país asiático.
Un ejemplo elocuente es que distintos sectores de la población y organizaciones ambientalistas de Argentina se manifestaron en contra de un potencial acuerdo entre el canciller Felipe Solá y el ministro de Comercio de la República Popular China, Zhong Shan, según el cual se instalarían en el país austral, granjas industriales de cerdos para exportar carne porcina al país asiático. En una carta, les ambientalistas aseguraron que “estas fábricas pueden favorecer la aparición de nuevas pandemias, además de beneficiar al agronegocio y la concentración de la riqueza”-advierten desde la Secretaría de Asuntos Ambientales que dirige Silvia Vázquez, Presidenta del Partido Verde.
Cabe recordar que China es el principal socio comercial de Argentina- desplazando a Brasil. Son de gran peso sus inversiones en energía, por ejemplo en Vaca Muerta y en minería (oro y litio), también en producción de hidroeléctricas, energía eólica, solar y nuclear.



