
La democracia latinoamericana está en problemas. Retornó en Bolivia pero ya la derecha sureña se está armando para volver a las andadas. Macri fue derrotado fácilmente por el peronismo y el poder real solo otorgó cinco meses de tranquilidad. Las marchas anti-cuarentenas para quebrar el plan sanitario, la toma de tierras, los incendios intencionales y las declaraciones del dúo Carrió- Duhalde son la muestra de que al poder no le importa la democracia.
Allá a lo lejos y en el tiempo quedó eso de que con la democracia se cura, se educa y se come. Poco se puede hacer con un 40 por ciento de pobreza. No es fácil para un gobierno trabajar cuando los medios hegemónicos hacen de la mentira y la hipocresía tapas a diario. Por eso la democracia hoy llegó a un grado extremo de debilidad.
Platón dijo que: “la democracia es el peor de los buenos gobiernos, pero es el mejor entre los malos”.
José Ingenieros en su obra “El hombre mediocre” escribió: “Políticos sin vergüenza hubo en todos los tiempos y bajo todos los regímenes, pero encuentran mejor clima en las burguesías sin ideales. Donde todos pueden hablar, callan los ilustrados, los enriquecidos prefieren escuchar a los más viles embaidores. Cuando el ignorante se cree igualado al estudioso, el bribón al apóstol, el boquirroto al elocuente y el burdégano al digno, la escala del mérito desaparece en una oprobiosa nivelación de villanía. Eso es la mediocracia, los que nada saben creen decir lo que piensan, aunque cada uno sólo acierta a repetir dogmas o auspiciar voracidades. Esa chatura moral es más grave que la aclimatación de la tiranía, nadie puede volar donde todos se arrastran”.
Hoy la democracia está débil porque la mediocracia está fuerte. Un presidente inútil nos parece prudente, un incapaz lo tildamos de honesto, un ladrón de empresario y un honesto de ejemplar. Poco ayuda al mérito estos gobernantes.
La mediocracia que fustigaba José Ingenieros nos invadió y nos copó el territorio. Hoy creemos que Mirtha Legrand y Susana Giménez son buenas actrices, que Etchecolatz el Baby, Leuco, Feinmann y Jonatan son periodistas y que Rodriguez Larreta es un líder.
La mediocracia envenenó a Sócrates, crucificó a Cristo, apuñaló a Julio César, encarceló a Galileo, desterró al Dante y quemó a Juana de Arco. La mediocracia exilió a Perón, desapareció juventud, robó recién nacidos, aplaudió tiranos, nos convenció que un empresario no roba y persiguió líderes populares. Eso es la mediocracia, la biblia junto al calefón.




