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Opinión

Un verdugo de nuevo tipo sigue apretando la soga.

Por Margarita  Pécora    B.  –

Desde hace décadas se  ha instalado  un nuevo concepto   de dominio y castigo  imperial;  es el  bloqueo económico o embargo como  edulcoradamente suelen  denominarlo en el país que lo origina,  Estados Unidos, el verdugo de nuevo tipo.

Desde el nacimiento de la Humanidad a la fecha se  han conocido de infinidad de  castigos crueles y torturas, pero  cuando  esos castigos   pasan de ser personales,  a masivos y abarcar  a pueblos enteros, entonces estamos en presencia de un genocidio,  de la aniquilación o exterminio  sistemático  y deliberado de un grupo social por motivos radicales, políticos o religiosos. El más  triste de los ejemplos es el genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero estamos en pleno siglo XXI y  la  desobediencia o insumisión de un país  al  imperio es castigada con  medidas  económicas,  tan crueles como  las bombas de exterminio masivo; porque  surten el mismo efecto de aniquilar a millones de personas  que se resisten a doblegarse.

Grafico la idea de este modo, porque   el bloqueo económico es  hoy, la política de Estado  que ejerce Estados Unidos, y tiene  un componente esencial  en  el golpe blando  o suave, como lo califica Gene Sharp,  quien  así describe una de la tácticas modernas de la guerra de baja intensidad  que comienzan con guerra sicológica, de desinformación, manipulación y falsificación,  contra  países que han conseguido su libertad  y ejercen su soberanía  política y económica,   y su derecho a la autodeterminación.

Pero  eso  va en contra de los intereses geopolíticos  de recuperar el  poder económico que ha perdido  Estados Unidos de Norteamérica,  más ahora con la amenaza de dominio mundial de China;   y   por eso hace todo lo posible por  desestabilizar  a esos gobiernos con el  objetivo claro de  colonizarnos nuevamente.

Estados Unidos ha impuesto sanciones y  ha bloqueado económicamente a países como Cuba, Nicaragua,  Irán y  Venezuela, con el fin de asfixiar a su población y forzar un cambio de gobierno. Para ello enarbola  la falsa bandera de la libertad.

El bloqueo  económico  de Estados Unidos a Cuba  comenzó desde que triunfo la revolución en 1959, porque eso constituyó una de las derrotas  políticas más humillantes  para  la potencia imperialista, pero  el bloqueo absoluto contra la Mayor de las Antillas se impuso el 7 de febrero de 1962.  Desde entonces  Estados Unidos desplegó una brutal  política de hostilidad y agresiones contra la isla para reimplantar  el sistema de dominación neocolonial que había impuesto  a Cuba durante  más de medio siglo.

Todas esas acciones hostiles y agresivas  han causado enormes pérdidas materiales y humanas al pueblo cubano e  incalculable sufrimiento ante la carencia de medicamentos, alimentos y otros medios indispensables para la vida.

Más de medio siglo han transcurrido bajo ese castigo de hacer rendir a Cuba por hambre. El propio ex presidente Barack Obama reconoció que esa política  ‘ha sido un fracaso’,  porque no han podido doblegar la voluntad de un pueblo a mantenerse libre y soberano; sin embargo, con  la administración de Donald Trump, esas medidas no solo han continuado sino que se han recrudecido. El dato más reciente es que no solo impide que se hospeden turistas norteamericanos en la Isla, que apenas sobrevive  del Turismo,  sino que los cubanoamericanos envíen remesas a sus  familiares en Cuba. Una crueldad tras otra.

Las consecuencias del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba  han sido el motivo  de la reiterada condena que lleva todos los años la cancillería de  Cuba a la Asamblea General de Naciones Unidas  donde recibe el  respaldo de la mayoría de los gobiernos del mundo,  con la siempre excepción del verdugo,  Estados Unidos y algunos pocos de sus  aliados.

También Venezuela  es víctima del bloqueo comercial, económico y financiero de Washington. El presidente Donald Trump firmó  recientemente una nueva orden ejecutiva que limita las transacciones de Venezuela con EE.UU. Trump insiste en que el gobierno de Maduro  es “ilegítimo” y busca aplicar un bloqueo económico contra Caracas.

El nuevo decreto intenta, una vez más, ser extraterritorial al imponer sanciones contra los países que intenten ayudar a Venezuela. A la lista se suman Nicaragua que completa el triángulo de Washington en América Latina  al que  ha denominado el  “eje del mal”.

Pero  no deja afuera a Irán,  donde también Estados Unidos aplica un ilegal bloqueo económico  que pretende afectar las transacciones financieras con la República Islámica y el importante sector petrolero del país.

Esto hace Estados Unidos,  el verdugo  con  armas de nuevo tipo  a la vista  impune  del mundo.

 

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