Cuba disparó un “cañonazo” de vacuna soberana.

Por Margarita Pécora –
Mientras tenían lugar en la Argentina las manifestaciones que se desataron el lunes 17 con un mix de reclamos confusos y obscenos dejando trascender, entre otros temas, el rechazo y demonización de las vacunas, Cuba disparó un cañonazo de vacuna soberana. Sí, la isla caribeña anunció la obtención de su vacuna SOBERANA 01 contra el COVID-19, y que iniciará el 24 de agosto la primera etapa de los ensayos clínicos de su candidato vacunal cuyos resultados estarán disponibles en enero del 2021.
El estudio- según afirma el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED)- será aleatorizado, controlado, adaptativo y multicéntrico y tiene el propósito de evaluar la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad del candidato en un esquema de dos dosis.
La muestra para el ensayo de la vacuna cubana, incluirá a 676 personas de entre 19 y 80 años, sin alteraciones clínicamente significativas y que otorguen por escrito su consentimiento informado de participación en el estudio. En cada intervención se conformarán dos grupos etarios, uno de 19–59 años y otro de 60–80 años.
Días antes Rusia había hecho pública la obtención de su vacuna Sputnik V contra el Covid-19, -primera certificada en el mundo-, y en la Argentina el gobierno nacional anunciaba el acuerdo para fabricar la vacuna de la Universidad de Oxford en colaboración con Méjico.
Pero como era de esperar, los grandes medios del país del Río de la Plata y sus seguidores fanáticos por las redes sociales, conforme a su ideología de derecha neoliberal, no solo negaron la efectividad de todas estas vacunas y sembraron pánico en la población, sino que ningunearon el éxito de la isla “comunista”, contra la que han abierto también una grieta desde el momento mismo en que rechazaron el pedido de médicos cubanos para ayudar a enfrentar la pandemia del Covid-19 en hospitales de la provincia de Buenos Aires.
Son harto conocidas las infamias desatadas en contra de estas brigadas, cuyo servicio humanitario en la primera línea contra las epidemias más devastadoras que han azotado al mundo , cobran hoy el respaldo de prestigiosos artistas, políticos y ciudadanos de todo el mundo a favor de que se le otorgue a las brigadas “Henry Reeve, el Premio Nobel de la Paz 2021” Estos colectivos han salvado más de 80.000 vidas desde 2005 y han estado luchando contra la COVID-19 en 27 países»
Entre los más destacados patrocinadores del Nobel, figuran el ganador del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, los actores Danny Glover y Mark Ruffalo, los escritores Alice Walker, Noam Chomsky y Nancy Morejón, los cineastas Oliver Stone y Petra Costa, el músico Tom Morello y el cantante / compositor Silvio Rodríguez, entre otros.
«Cuba es el único país que ha demostrado un genuino internacionalismo durante esta crisis de coronavirus», manifestó el portal web del reconocido lingüista, politólogo y activista estadounidense, Noam Chomsky.
Por más de dos meses 36 médicos, 15 enfermeros y un responsable logístico “realizaron más de cinco mil atenciones médicas a 516 pacientes y salvaron 219 vidas” en la región de Lombardía, al norte de Italia, que fue el epicentro del mortal virus en la nación italiana. Del mismo modo, más de 100 médicos cubanos viajaron desde La Habana a Sierra Leona, Santo Tomé y Príncipe y Guinea Ecuatorial, en África, para apoyar la atención de pacientes contagiados con la enfermedad del coronavirus (COVID-19).
Pero en Argentina los prejuicios y la estigmatización, duele reconocerlo, han intentado poner un velo de silencio al éxito científico de gran envergadura, que ha sido un verdadero cañonazo simbólicamente hablando, de la isla pequeña geográficamente, pero gigantesca desde su potencial científico al servicio de la salud , no solo de su pueblo, sino de los países que verdaderamente aprecian la probada experiencia cubana en el desarrollo de toda una familia de vacunas patentadas y adquiridas en países del primer mundo.
Pero los cubanos no se amilanan y cubiertos de una coraza contra el escepticismo y todo intento de desprestigiar sus logros científicos, no solo exhiben al mundo rico y desarrollado que paradójicamente hoy sepulta a cientos de miles de muertos, que en la isla no llegan a 100 porque no hay cubano que apenas presente un síntoma sospechoso de Covid-19 deje de recibir de inmediato una lluvia de fármacos creados por la biotecnología cubana que fortalecen las defensas del sistema inmunológico, de modo que el coronavirus no logra invadir el organismo humano.
Demás está decir que en Cuba nadie paga un centavo por recibir atención médica, ni estos productos tan efectivos, porque la salud pública es gratuita en la isla ‘comunista’-como irónicamente la llaman, pero que sigue disparando cañonazos de vida para orgullo de su pueblo, a pesar de estar hostigado cruelmente por un bloqueo estadounidense de larga data, pero aún así es capaz de realizar grandes hazañas, gracias a la vocación por la soberanía que no le han podido arrebatar y del ejército de científicos formados por su revolución.




