
¿Y campeón vistes a los pascualitos amarillos por el trocen? Con la chata importada al grito pelado de “semos el pueblo hacían” un poco de ruido. Tanto lío porque el Capitán Beto quiere cambiar algunos réferis. Estos cipayos son lo pior, arriba de una mecha, gritando. Ni un gordini vi capo, ni una estanciera y menos un auto unión en la visita al obelisco, todas chatas pitucas.
Encima que el presi le dio el gusto con el Valentín, que les perdona unos mangos con los impuestos y estos chetos aspirantes a fiambrines nunca dicen gracias.
Encima el mamerto se las tomó al íspa de los franchutes. Pobre estos pibes, el mamerto llegó y aumento el bicho maldito, encima tampoco tienen un morlaco. El mamerto se pasa unos días para irse con la Antonia y la patrona a Suiza. Este mamerto es yetatore, maestro. Fue con los paraguas y les sumó virus. Se fue a Francia, cayó la economía y aumento el virus que ya había desaparecido. Dijo que iba a Suiza a ver al Infantino y a este lo enganchó la yuta. Con razón decían que era hijo de Carlos Méndez el riojano.
Capo hoy hay que bancar los trapos, hay que hacer el aguante. Los gorilas, los bacanes, los pitucos y los cafiolos quieren voltear al Capitán Beto. Que Don Valentín, que la reforma de los réferis, que la mishiadura es argentina, que la cuaranta, que hay poco vento y mucho bicho, de todo esto le echan la culpa al presi. Como si en el planeta no pasara lo mismo.
Igual fenómeno quédate en la tapera. Laburá como puedas, seguí con la patrona, chamuyá, manya y tirate en la catrera después de ir al biorsi y leerte algún pasquín. Poca bola a los que boquean cualquiera. Estos pascualitos quieren que nadie morfe así se hacen la fiesta. No vas a pararle la oreja a estos apátridas que marchan en chata importada. Que tienen bulines con 8 biorsis y que morfan pescado ruso. Tienen toda la mosca, morlacos del día que le pidan pero quiere que vos no morfes. Mala gente estos marmotas, estos pastenacas. Les gusta hacer bardo y sanatear para que amasijen a los laburantes. Así que no queda otra capo. Cuando la patrona le pifia y pone al Baby Etchecolatz o al inspector de zócalos de Feinmann vos vas y le pones el Winco con algún gotan del Discepolín. Si la jovata de al lado te chamuya mal de la yegua vos le decís que dejaste la leche en el fuego; y si el peluquero cipayo te pregunta ¿cómo le corto?, vos le decís, callado maestro, callado. Banca, fenómeno, bancá.




