Rusia imparable con vacuna y satélite exprés

Por Margarita Pécora –
En la madrugada de este viernes la agencia espacial rusa Roscosmos lanzó el cohete Proton-M con la etapa superior Briz-M con el satélite de telecomunicaciones Express103 desde el cosmódromo de Baikonur. Parejamente ganó destaque a nivel global, la noticia de la vacuna para combatir el coronavirus, lograda de forma acelerada por el país de Vladimir Putin. Ambos acontecimientos son la expresión del enorme poderío científico técnico de esa nación donde el rigor profesional, los descubrimientos y la innovación, son una constante.
Afirman fuentes del país ruso que dicha vacuna, creada por el Instituto moscovita Gamalea se aprobará para uso público a mediados de agosto, y que los trabajadores de atención médica de primera línea serán quienes la reciban primero, aunque ya ha sido probada con efectividad en militares rusos-.
Algunos medios describen que fue se desarrollada con “frenéticos esfuerzos” comparables con la carrera espacial rusa que puso en órbita el nuevo satélite esta madrugada.
Desde otro plano, a miles de millas de distancia en el hemisferio occidental, un presidente argentino cierra su comunicación al pueblo extendiendo la cuarentena por la elevada cifra de vidas que está costando la pandemia, y afirma una dolorosa realidad: “ todavía no tenemos la vacuna”.
Todo ello, a pesar de que diversos países emprendieron una carrera contra reloj por encontrar el bendito producto que inmunice a las personas contra el letal virus, y donde la vacuna que anuncia Oxford parece estar entre las más avanzadas; pero la rusa se le adelanta ‘quemando etapas’.
Es en este proceso acelerado, que entendidos y neófitos en el asunto, desparraman toda suerte de especulaciones, poniendo en dudas no solo la efectividad, sino insinuando también el peligro para la vida de quienes participen en la prueba humana.
Frente a estas elucubraciones , los científicos rusos se defienden, aclarando que ‘esta vacuna es versión de una anterior creada para enfrentar a otras enfermedades, de modo que no habría que alarmarse tanto más aún conociendo que Rusia venía trabajando desde hace meses en la creación de modernos sistemas de prueba para el diagnóstico del coronavirus SARS-CoV-2, que causa el COVID-19. Además, en el desarrollo de nuevos métodos de tratamiento y, finalmente, métodos de prevención, como la vacuna que acaba de obtener el instituto moscovita.
En Rusia ya han desarrollado tres fármacos que podrían resultar eficaces para combatir el COVID-19. Por ejemplo el del Instituto de la Síntesis Orgánica Postovski de la Sucursal de los Urales de la ACR , elaboró hace unos años el preparado antiviral triazivirin, que hoy día ha suscitado el interés en médicos chinos desde el punto de vista de usarlo para tratar el COVID-19.Científicos rusos han desarrollado una forma especial de inhalación de este fármaco, que podría usarse para tratar concretamente la infección respiratoria.
Además, el Instituto Postovski junto con el Instituto de la Química Orgánica Zelinski de Moscú crearon una variante —bastante eficaz y compatible con los requisitos de la industria farmacéutica rusa— del preparado favipiravir, desarrollado antes en Japón para tratar las infecciones que provocan los llamados virus ARN, entre los que se cataloga el SARS-CoV-2.
Por otro lado, el Centro ruso de Epidemiología y Microbiología Gamalea y el Instituto de Química Orgánica, al tomar por base el fármaco fosprenil usado para tratar las infecciones de coronavirus en animales, desarrollaron el preparado fortopren, que ya ha pasado todas las etapas de las pruebas clínicas en humanos, se encuentra en la fase de inscripción en el registro y podría probarse en el tratamiento del COVID-19.
Estos tres preparados acapararon el interés del Ministerio de Salud Pública de Rusia y figurarán entre los estudios prioritarios de varios departamentos de la Academia de Ciencias de Rusia,
Más allá de la vanilocuencia de quién llega primero, si Estados Unidos o Rusia con soluciones que sorprendan al mundo, la realidad es que la cuenta es regresiva para la humanidad, que los países europeos que ya creían haberle torcido el brazo al coronavirus, están experimentando la amarga decepción de miles de infectados y muertos ; entonces, la disyuntiva, es confiar en los rusos, quienes de ningún modo pondrán en juego ni el prestigio científico, ni la historia de tantísimos avances y descubrimientos a lo largo de su historia. Lo cierto es que la humanidad no puede esperar más.




