
A la mujer en el tango se la ha idolatrado tanto como despreciado, así se dio en los temas musicales, las películas e incluso los intérpretes, sin embargo y a pesar de alguna temática paisajista, por ejemplo en SUR, o de queja como en CAMBALACHE, la mujer en el tango y en la vida en general es absolutamente esencial, mucho más para un hombre que sepa valorarla como se merece, aún así pocas de todas ellas fueron mitos o emblemas en esta danza, tal vez porque brilla mucho más la rudeza y la guapeza que la suave voz femenina en una melodía.
Cuenta la historia que el 17 de Agosto de 1905 nació quien dio en llamarse Ada FALCÓN, en la Estancia “Los PARAÍSOS” de la Localidad de Ituzaingó, como hija natural del estanciero Miguel NAZAR ANCHORENA y Cornelia BOESIO, quien estaba casada con Domingo FALCONE. Arrancó su carrera de intérprete en 1925 con la orquesta de Osvaldo FRESEDO y en toda la década del 30’ se transformó en la cancionista más importante del tango.
Era una mujer hermosa, con unos profundos ojos verdes y una alocada cabellera que todos los hombres admiraban, así fue halagada tanto por GARDEL como por DISCÉPOLO que llegó a decir “es tan divina que hace mal mirarla”. De pronto en su vida se cruzó Francisco CANARO, apodado PIRINCHO, un hombre poderosísimo, casado con una francesa, que la tuvo como musa inspiradora de sus temas, al punto tal de dedicarle el vals de su autoría: “Qué me han hecho tus ojos”. Vivieron un romance naturalmente oculto si pensamos en esa década infame, que a la postre no tuvo un final feliz.
Ya a partir de 1935 decidió no cantar más con público en sus presentaciones radiales y a fines de 1938 dio por finalizada su relación con CANARO, a partir de allí hizo apariciones cada vez más esporádicas hasta que en 1942 grabó su último disco y se retiró de la escena. En principio se recluyó en su casona de tres plantas en Barrio Parque de Palermo, para luego retirarse a vivir con su madre a SALSIPUEDES (Córdoba), quien habría de morir en 1981. Nunca tomó los hábitos religiosos, como se pretendía periodísticamente y ella misma manifestó: “tuve una visión maravillosa del Señor y no vacilé un instante en dejarlo todo y recluirme en las sierras con mi madre, en un convento franciscano”.
Los motivos de su alejamiento son dispersos, tal vez la promesa incumplida de CANARO de separarse de su esposa por temor a perder la mitad de su fortuna, tal vez una amenaza de ésta por ese amor prohibido, tal vez la infidelidad de ese encumbrado director de orquesta, al que se lo llegó a vincular con su propia hermana Adhelma FALCÓN. Nadie tiene la verdad porque ella calló todo, incluso ocultando su belleza con prominentes anteojos oscuros y frondosos pañuelos que cubrían su cabellera.
Argentina tiene una profusa historia de mujeres apasionadas y valientes, que renunciaron al lujo y el confort, luchando contra los poderosos y soportando injurias y miserias. Ada FALCÓN falleció en Enero de 2002, a los 96 años, en la Localidad de MOLINARI en cercanías de COSQUIN, llevándose todos los recuerdos y silencios, sin acusar a nadie.
Un abrazo: GARCILAZO.




